M.A.V.M. 1° Cap. g. cpl Tranquillo BIANCHI, nacido en Sormano (Como) el 20 de octubre

1892 e fallecido en Moreno (Argentina) el 12 de julio 1964

En el momento del asalto, el teniente que comandaba el pelotón de infantería resultó muerto a tiros frente a sus propios soldados que se encontraban en la refriega bajo el mortífero fuego de un puesto de ametralladoras austriacas. Incluso si estaba en el campo de batalla con otras funciones, el S.Ten. Bianchi, con un estallido de ira, después de sacar su pistola, saltó de la trinchera y se colocó a la cabeza de los soldados a unos veinte pasos de distancia y gritó "¡Vamos, muchachos, Saboya! A su grito, los soldados de infantería se animaron y se lanzaron contra el enemigo. De un salto alcanzaron la altura y sorprendieron a la posición austriaca que se resguardaba del fuego de la artillería italiana. Sorprendido por la repentina aparición de soldados enemigos y más aún por la voz del heroico oficial italiano que con perfecta pronunciación alemana les ordenaba rendirse, un capitán húngaro salió inmediatamente de la posición austríaca con una bandera blanca seguido de otros 7 oficiales y 66 soldados con las manos levantadas. El 10 de agosto de 1915, en presencia de Emanuele Filiberto, duque de Aosta, el teniente Tranquillo Bianchi fue condecorado en el campo, en presencia de todos los oficiales, con la primera Medalla al Valor Militar recibida del Cuerpo de Ingenieros Militares.
En el Boletín Oficial del Ministerio de la Guerra del 14 de agosto de 1915, leemos la siguiente motivación: RECOMPENSAS AL VALOR MILITAR por la campaña de guerra de 1915 PREMIOS OTORGADOS "MOTU PROPRIO" POR S.M. EL REY Medalla de plata 13 de agosto de 1915 BIANCHI Tranquillo, de Sormano (Como), Alférez de complemento 3 Regimiento de Ingenieros: Comandante de un puesto de señales ópticas, cerca de la línea de fuego, al ver caer a un comandante de pelotón, lo reemplazó en el mando del departamento, continuando el asalto iniciado y llevándolo a su fin, contribuyendo efectivamente al éxito del ataque y a la captura de numerosos prisioneros, incluidos siete oficiales. 18 de julio de 1915
Sus gestas fueron relatadas en diversas revistas de la época, como en la Revista de Letras y Arte Aprutium de 1918 del On. Alceo Esperanza : vease este pdf Después de la guerra, Tranquillo Bianchi dejó el Ejército y fue contratado por el Ministerio de Relaciones Exteriores como Agregado Militar y, debido a su perfecto conocimiento del idioma alemán, luego fue destinado a la Embajada del Reino de Italia en Berlín. Permaneció en Alemania hasta 1929, año en que pidió ser trasladado como Cónsul a la Agencia Consular de Málaga, donde se habían formado fuertes intereses comerciales ligados a la presencia de algunas empresas privadas italianas.[1] Desgraciadamente, en julio de 1936, el estallido de la Guerra Civil Española y el consiguiente cierre de la ciudad por parte de las fuerzas anarco-republicanas produjo un desbarajuste total en la gestión de ese Consulado que se encontraba aislado para gestionar la emergencia del momento, salpicado de atroces derramamiento de sangre contra la población sospechosa de haber tenido contacto con el bando nacionalista. Las atrocidades de los anarquistas terminaron el 8 de febrero de 1937 con la rendición de la ciudad a las tropas invasoras italianas de la CTV. Los italianos, inmediatamente después de la ocupación, entregaron la ciudad a las fuerzas nacionalistas que, por orden de sus generales Mola, Franco y Queipo de Llano, iniciaron una dura y sangrienta represión contra los presos y la población entregada, con numerosos fusilamientos masivos, vendettas, sentencias de muerte dictadas por tribunales títeres y ejecutadas inmediatamente después de la lectura de la sentencia, denuncias falsas dadas por despecho personal. Esta sangrienta represión y espíritu de venganza sobre los vencidos despertó el asombro y la indignación de los oficiales italianos que no supieron comprender ni justificar niveles similares de violencia y castigo. Esta, por desgracia, fue la norma general en toda la España conquistada por los nacionalistas. El método de tierra arrasada comenzó a utilizarse de manera sistemática y el objetivo era eliminar cualquier posibilidad de recuperación por parte del enemigo, quien, a su vez, podía representar un peligro físico para la seguridad de los nuevos ocupantes. Poco se imaginaba que la violencia injusta, desmedida e indiscriminada exacerbaría un imparable deseo de venganza en los vencidos, devastando las conciencias de los españoles durante décadas. Los comandantes de la C.T.V. se distanciaron de tales atrocidades e informaron a sus superiores de lo que sucedía en los territorios ocupados. [2] En este clima de ferocidad y terror, el agente consular italiano Tranquillo Bianchi puso en marcha una pequeña "Schienderlist" totalmente italiana que funcionó tanto con Málaga en manos del Fruente Popular, como cuando las tropas nacionalistas tenían el control total de la ciudad más tarde, en febrero del '37. En el primer período republicano, el cónsul Tranquillo Bianchi salvó de ser fusilados a algunas personalidades eminentes de esa ciudad, entre ellas el obispo Balbino Santos Olivera, otros representantes del clero y toda la familia del general nacionalista Gonzalo Queipo de LLano y Sierra, fiel cómplice, pero a la vez incómodo, del dictador Franco. Gracias a sus providenciales contactos con la Marina Mercante Italiana, todos compatriotas italianos pudieron escapar, junto con mucha gente de la burguesía malagueña, de la ferocidad homicida de los anarquistas, atreviéndose a embarcarse rumbo a Tánger, donde encontraron refugio ofrecido por aquellas autoridades internacionales. Por estas acciones providenciales y heroicas, las autoridades malagueñas en 1937 otorgaron al Cónsul Tranquillo Bianchi el honor de "Hijo Adoptivo de la ciudad de Málaga", mientras que en Italia se le concedió la segunda Medalla de Plata al Valor Militar con la siguiente motivación: PREMIO AL VALOR MILITAR concedido por Real Decreto de 1 de julio de 1937 Medalla de plata BIANCHI Tranquillo di Cesare, de Sormano (Como), primer capitán de los ingenieros del complemento en excedencia. - El agente consular en Málaga, mientras la ciudad estaba atenazada por el terror y sus compatriotas expuestos a graves peligros, se esforzó con admirable abnegación y sangre fría por salvar a las familias italianas que allí residían, acompañándolas ilesas a bordo de los barcos enviados a su rescate. A pesar de las amenazas y ataques de los que fue objeto en reiteradas ocasiones, permaneció en su cargo hasta completar toda su tarea. Ejemplo fascista de fe firme, generosa audacia y singular desprecio por el peligro. - Málaga (España), julio- noviembre de 1936. Incluso después de la rendición de Málaga, durante las salvajes operaciones de "limpieza" realizadas por los Nacionales, gracias a su conocimiento personal y gracias a la gratitud ganada con la fuga del Obispo y la poderosa familia de Queipo de LLano, el Cónsul Bianchi consiguió interceder ante las autoridades militares y salvar a cientos de malagueños detenidos y condenados a muerte por los tribunales militares de ocupación. Colas de personas hacían fila en la puerta de entrada del Consulado italiano para pedir ayuda a la única persona que tuvo el coraje de oponerse a tales crueldades. Acompañado de su chófer, a bordo de un auto descapotable que los malagueños llamaban jocosamente "la bañera", el cónsul Tranquillo Bianchi, fortalecido por sus protecciones en las altas esferas del régimen, recorría de noche las oscuras calles de la ciudad donde había noticias esporádicas de fusilamientos de presos para poder salvar al mayor número posible de personas, subirlas al coche y darles cobijo en su propia casa y en las instalaciones del Consulado italiano. El siguiente Informe Secreto del Cónsul de Sevilla Conti dirigido al Ministro de Asuntos Exteriores Ciano, del que se transcribe un extracto, describe con detalle la heroica conducta del Agente Consular Cav. Tranquillo Bianchi a favor de la población oprimida: « continúa en Málaga la represión a elementos comunistas, llevada a cabo a gran escala y con indiscutible dureza por parte del Gobierno nacional. Se basa en disposiciones sustancialmente sumarias, más por el sistema expedito con que se ejecutan que por el procedimiento, al que la justicia militar se esfuerza por conservar cierta forma externa. Los acusados ​​son en su gran mayoría comunistas activos ~hombres y mujeres~ que no pudieron salir de la ciudad antes de que fuera ocupada por las tropas nacionales y que tienen que responder por delitos en su mayoría muy graves; hay sin embargo, en medio de éstos, elementos grises que bajo la amenaza del terror se han dejado imponer y absorber pasivamente por el comunismo imperante. ..omisis…. La pena de muerte se impone no solo por asesinato y violencia, sino también por actos de sabotaje y devastación. Particularmente severa es la represión contra los Guardias Civiles y los Carabineros (correspondientes a nuestra Guardia di Finanza) que habían ofrecido sus servicios al régimen rojo… omissis…. En conjunto, desde la ocupación de Málaga hasta hoy ascenderían los fusilamientos, según las cifras facilitadas por la cav. Bianchi, a más de tres mil. La actuación de este agente consular para conseguir la suspensión de las ejecuciones absorbe la plena totalidad de su actividad diaria. Pude ver visualmente la lamentable escena que se desarrolla todos los días frente a la puerta del hotel donde vive: una multitud de familiares, mujeres, sacerdotes se acercan a él para interceder por los condenados a ser fusilados esa mismo noche o al día siguiente. La intervención de Bianchi tiene un carácter más personal y privado y se basa en el indiscutible prestigio del que goza en los círculos locales de la Falange, entre los funcionarios subalternos de las administraciones locales y sobre todo entre la población malagueña que no ve mucho en el un representante consular del gobierno italiano, así como, y sobre todo, uno de los primeros "squadristi" del movimiento nacional en Málaga. Lleno de coraje, generoso, desconsiderado, muy sentimental, teatral, Bianchi tiene muchos actos para complacer a los españoles del Sur. Así: Bianchi ~ que tiene entrada libre en todas las cárceles de Málaga~ va a las secciones de condenados a muerte con una lista de nombres proporcionada por sus numerosos solicitantes y, a menudo, una breve conversación con el subdirector de turno es suficiente para obtener la suspensión provisional de la ejecución. En la noche del 6 de este año, por ejemplo, habiendo sido fusilado cinco minutos antes uno de sus protegidos ~ para quien ya había obtenido una sentencia condicional ~, Bianchi pudo obtener a cambio la vida de otros dos comunistas, elegidos al azar, que ya estaban literalmente frente al pelotón de fusilamiento. Para esta última «variación» bastaba el consentimiento del propio jefe de pelotón. Al día siguiente, los hechos son comunicados de los funcionarios subalternos a sus superiores a través de la lenta y todavía desordenada burocracia judicial, mientras los condenados se trasladan a otra prisión, perpetuando efectivamente su situación un tanto incierta de “suspensión provisional” de ejecución. Como entiende Vuestra Excelencia, esta actuación de Bianchi no cuenta tanto con la adhesión de altas personalidades oficiales, que muy poco demostrarían que aprecian esta intervención directa en el ejercicio de sus poderes, sino que por el contrario actúa de abajo hacia arriba , penetrando entre las mallas y agarrando los agujeros de este singularísimo sistema de administración de justicia, ahora trágicamente y ahora bondadosamente aproximado. Lo cierto es que en este ambiente de revolución se reduce al mínimo el valor ético de la vida humana, de modo que incluso los asuntos graves en los que está en juego son tratados como asuntos ordinarios. Bianchi afirma que de tres mil condenados a muerte logró suspender la ejecución a favor de más de cuatrocientos, lo que representaría un éxito verdaderamente notable. Actúa principalmente bajo el impulso de su sincera emoción sentimental y la ambición de aumentar su popularidad. Sin embargo, sería deseable - en este sentido le di instrucciones precisas- que estas intervenciones suyas fueran más escrupulosamente escrutadas para evitar que caigan a favor de elementos demasiado seriamente disgustados por las autoridades gubernamentales, o que en todo caso no merece la protección fascista. También le aconsejé ser más reservado y abstenerse de expresar públicamente, con exuberante sinceridad, juicios que ofendieran la susceptibilidad de los elementos de gobierno, pudieran debilitar su posición y limitar sus posibilidades de movimiento. Es una lástima, en efecto, que por semejante imprudencia haya comprometido algo su influencia (en otro tiempo tan notable por estar ligada a motivos de gratitud personal) con el general Queipo de Llano. El cav. Bianchi, en un telegrama enviado directamente a Vuestra Excelencia, menciona un posible peligro de graves complicaciones políticas tras la excesiva dureza de la represión y denuncia que, a su juicio, la responsabilidad moral del gobierno fascista podría ser involucrada... omissis... Cuando... a la supuesta corresponsabilidad del gobierno fascista en la represión, hay que señalar que en Málaga, donde, entre otras cosas, actualmente sólo hay ocho voluntarios italianos, la opinión pública sabe muy bien que el Gobierno Real se abstuvo de intervenir oficialmente en este campo para evitar cambios de autoridad, y que, si hubo una intervención puramente extraoficial y amistosa a través del trabajo personal de Bianchi, tuvo como objetivo limitar los excesos y aconsejar moderación. En definitiva, tengo la impresión de que la represión, indiscutiblemente necesaria en profundidad, ha sido tal vez excesiva. Una vez destruidos todos los núcleos del movimiento subversivo, creo que la España Nacional aún se salvaría si fusilaran en Málaga unos cientos de comunistas menos, que mañana, bajo un gobierno fuerte y comprensivo, podrían ser reabsorbidos paulatinamente… » [3]. Después de algunas advertencias autorizadas e desatendidas del Cónsul General en Sevilla de no inmiscuirse en asuntos que iban más allá de la competencia diplomática, el Gobierno italiano en 1940, por razones de conveniencia, decidió destituir al Cónsul Tranquillo Bianchi, encomendándole el Consulado General en Belo Horizonte en Brasil. A fines de enero de 1942, las relaciones diplomáticas con los países del Eje Roma-Berlín-Tokio fueron interrumpidas drásticamente por Brasil, por lo que el Cónsul Tranquillo Bianchi fue enviado a dirigir la representación diplomática en Agen (Burdeos), territorio ocupado por los alemanes en Francia, donde se encontraba una gran comunidad de italianos que habían emigrado a esa región por trabajo. En septiembre de 1943, al día siguiente del Armisticio, al encontrarse en territorio controlado por las tropas nazis, la Gestapo detuvo al cónsul Bianchi para saber si tenía la intención de permanecer junto a los alemanes bajo la República de Salò o ser deportado a Alemania con toda su familia como traidor a la alianza ítalo-alemana. Después de una dolorosa meditación y consciente de las consecuencias que tendrían que sufrir sus familiares, el Cónsul Bianchi valientemente declaró que permanecería fiel a su juramento hacia el Rey y el Estado italiano. En esa declaración, todos fueron trasladados a Toulouse para luego ser trasladados en tren a París, antes de ser deportados a Alemania. La misma providencia que animó a Tranquillo Bianchi en Andalucía para salvar tantas vidas humanas se le presentó bajo la forma de un monje encontrado casualmente durante una breve escala en una estación de tren hacia la frontera: custodiado por un oficial de las SS, Tranquillo Bianchi se sienta a tomar un café junto al prelado en el pequeño bar de la estación, cuando se da cuenta de que este hablaba español. Sin hacerse entender por el oficial alemán, Bianchi pide en el idioma del cura que envíe el mensaje que está a punto de escribir al General Queipo de LLano, en España. Con un subterfugio, el Cónsul toma una toalla de papel del mostrador y escribe en ella en español «Gonzalo, estoy en la misma situación que tu familia en 1936. ¡Estoy en Francia contra los alemanes, haz algo por nosotros! La Pimpinela Negra», dobla el papel y lo coloca a escondidas debajo del vaso del prelado, quien al ver alejarse el tren, se percata del mensaje codificado. Tal como está escrito en un guión cinematográfico, después de dos semanas llega un telegrama desde el Alto Comando Alemán ordenando la liberación del Cónsul y su familia, libres para llegar a España bajo la protección de Franco, amigo de la nación alemana. En la península ibérica Tranquillo Bianchi explotó sus conocimientos para abrir y gestionar su propia oficina de representación comercial, hasta que en 1950 aceptó una propuesta del Ministerio de Relaciones Exteriores italiano para abrir una agencia consular honoraria en Argentina en la localidad de Moreno, a unos 50 km de distancia de Buenos Aires. Fue el comienzo de una nueva era para la familia Bianchi que, sin muchas dificultades, se adaptó rápidamente al nuevo escenario ligado a la vida de los emigrantes italianos en América del Sur. Lamentablemente en 1964 un trágico y banal accidente en el peaje del ferrocarril en Moreno puso fin a la extraordinaria y novedosa existencia del Cónsul Tranquillo Bianchi quien murió lejos de su patria, mientras regresaba a casa de su oficina en el sillín de su bicicleta.[4] Una vida dedicada al trabajo y a los demás, la lejanía de Italia y las dificultades para reconocer su humanidad y su valentía por lo ocurrido en un período histórico todavía hoy por muchos considerado "incómodo" , han hecho que las sorpresivas peripecias del cónsul Tranquillo Bianchi cayesen en el olvido de la historia. Pero una vez más, como si todo estuviera dirigido por un providencial director oculto, un escritor, nieto de un hombre condenado a muerte por los Tribunales de Guerra Nacionalistas y dos veces arrebatado a la ejecución por el Cónsul Bianchi (quizás aún vivo si no se hubiera adelantado la tercera ejecución para evadir la terquedad de nuestro héroe) inició en 1991 por cuenta propia una minuciosa investigación sobre los hechos de Málaga que lo llevó después de unos 20 años a encontrarse con su hija Lilia Bianchi que aún residía en Argentina en la localidad de Moreno (Buenos Aires) . De esta su indagación hispano- argentina , en noviembre de 2018 se publicó el libro de Antonio Olea Peréz titulado "Tranquillo Bianchi - El cónsul italiano de la Guerra Civil en Màlaga". Con un caudal de detalles inéditos y con transparente objetividad intelectual, se describen finalmente con valentía muchos episodios inquietantes, sacados a la luz por los supervivientes y sus familias que aún no han olvidado el terror y el silencio de aquellos oscuros momentos de la España "de entreguerras". Además de las refinadas reflexiones del autor, la obra contiene una biografía cortés y cariñosa de nuestro personaje escrita en 1988 por la mismísima Lilia Bianchi con la que el lector puede captar, con ojos fascinados de una hija , el singular carácter del "Cónsul de Italia en Málaga" y conocer la verdadera historia de un héroe italiano, admirado y luego olvidado por sus seguidores. En Málaga, la publicación del libro en El cónsul italiano está despertando un interés creciente y una comprensible curiosidad por los personajes y escenarios de la época, ayudando así a reconsiderar algunos hechos de aquella época desde una perspectiva más razonada, serena y clara al mismo tiempo. . La esperada traducción al italiano de la biografía española y la dedicatoria a su nombre de la Sección Española de la UNUCI serán las palancas iniciales que sacarán a la luz las heroicas peripecias del 1° Capitán Tranquillo Bianchi, protagonista de su época y ejemplo exaltador de valentía y lealtad para las generaciones futuras. Articulo del Alfz. Pil. Carabinieri cpl (r) Giuseppe Coviello Presidente de la Sección en el Extranjero de UNUCI en España _________________________________________________ 1 Antonio Olea Peréz, Tranquillo Bianchi - El Cónsul italiano de la Guerra Civil en Màlaga, Ediciones del Genal, Malaga, segunda parte 213-437 2 Dimas Vaquero Pelaéz, Credere, obbedire, combattere, Mira Editores, Zaragoza, 2007, pag 111-112 3 Console a Siviglia, Conti, al Ministro degli Esteri, Ciano – Rapporto Segreto 854/46. Siviglia, 9 marzo 1937 4 Antonio Olea Peréz, Tranquillo Bianchi - El Cónsul italiano de la Guerra Civil en Màlaga, Ediciones del Genal, Malaga, segunda parte 213-437
El Cónsul Tranquillo Bianchi desfila por las calles de la ciudad como Hijo Adoptivo de la Ciudad de Málaga Milicianos republicanos defienden Málaga Personas haciendo cola bajo el Consulado de Italia en Málaga El Cónsul Tranquillo Bianchi saluda la visita a Málaga del Conde Ciano, Ministro de Asuntos Exteriores 08 septiembre 1943 -El Armisticio en Italia El Consul Tranquillo Bianchi en Malaga
La Sección UNUCI en el Extranjero de España desde el 7 de marzo de 2020 lleva el nombre del M.A.V.M.(Medalla de Plata al Valor Militar) Tranquillo Bianchi a propuesta del Presidente de la Sección Extranjera de UNUCI para España, el Alfz. Carabinieri Pil. (R) Giuseppe Coviello, quien, tras una investigación histórica sobre la participación italiana en el período 1936-39 en el conflicto de la Guerra Civil Española, se enteró de las asombrosas aventuras del Cónsul de Italia en Málaga Tranquillo Bianchi, ex Teniente de Ingenieros y héroe de la Guerra Mundial, galardonado con la primera Medalla al Valor Militar asignada al Cuerpo de Ingenieros (18 de julio de 1915) en el campo de batalla. Tranquillo Bianchi nació el 20 de octubre de 1892 en Sormano, un pequeño pueblo cerca del lago de Como, en el seno de una familia humilde y trabajadora que en 1897 emigró a Triberg, en la Selva Negra alemana. Con grandes sacrificios de su familia, Tranquillo Bianchi se graduó con la máxima calificación en Ingeniería en la Universidad de Kalrsruhe (D), pero en 1913 regresó a Italia para cumplir con sus obligaciones del servicio militar. Gracias a sus estudios universitarios pudo acceder casi de inmediato a la Escuela Oficial de Cadetes de Ingenieros de Verona. Al estallar la Primera Guerra Mundial, Tranquillo Bianchi fue enviado al frente con el grado de Teniente de Ingenieros en la 10ª Compañía de Ingenieros Telegrafistas del IX Cuerpo de Ejército. Durante la batalla de Monte San Michele, el S.Ten. Tranquillo Bianchi se ofreció como voluntario para restablecer la conexión con la primera línea a través de una nueva estación óptica.
© 2019
La Tribuna Illustrata 8 23 1936 - Las hazañas del cónsul italiano en Málaga
La Sección UNUCI en el Extranjero de España desde el 7 de marzo de 2020 lleva el nombre del M.A.V.M.(Medalla de Plata al Valor Militar) Tranquillo Bianchi a propuesta del Presidente de la Sección Extranjera de UNUCI para España, el Alfz. Carabinieri Pil. (R) Giuseppe Coviello, quien, tras una investigación histórica sobre la participación italiana en el período 1936-39 en el conflicto de la Guerra Civil Española, se enteró de las asombrosas aventuras del Cónsul de Italia en Málaga Tranquillo Bianchi, ex Teniente de Ingenieros y héroe de la Guerra Mundial, galardonado con la primera Medalla al Valor Militar asignada al Cuerpo de Ingenieros (18 de julio de 1915) en el campo de batalla. Tranquillo Bianchi nació el 20 de octubre de 1892 en Sormano, un pequeño pueblo cerca del lago de Como, en el seno de una familia humilde y trabajadora que en 1897 emigró a Triberg, en la Selva Negra alemana. Con grandes sacrificios de su familia, Tranquillo Bianchi se graduó con la máxima calificación en Ingeniería en la Universidad de Kalrsruhe (D), pero en 1913 regresó a Italia para cumplir con sus obligaciones del servicio militar. Gracias a sus estudios universitarios pudo acceder casi de inmediato a la Escuela Oficial de Cadetes de Ingenieros de Verona. Al estallar la Primera Guerra Mundial, Tranquillo Bianchi fue enviado al frente con el grado de Teniente de Ingenieros en la 10ª Compañía de Ingenieros Telegrafistas del IX Cuerpo de Ejército. Durante la batalla de Monte San Michele, el S.Ten. Tranquillo Bianchi se ofreció como voluntario para restablecer la conexión con la primera línea a través de una nueva estación óptica.
En el momento del asalto, el teniente que comandaba el pelotón de infantería resultó muerto a tiros frente a sus propios soldados que se encontraban en la refriega bajo el mortífero fuego de un puesto de ametralladoras austriacas. Incluso si estaba en el campo de batalla con otras funciones, el S.Ten. Bianchi, con un estallido de ira, después de sacar su pistola, saltó de la trinchera y se colocó a la cabeza de los soldados a unos veinte pasos de distancia y gritó "¡Vamos, muchachos, Saboya! A su grito, los soldados de infantería se animaron y se lanzaron contra el enemigo. De un salto alcanzaron la altura y sorprendieron a la posición austriaca que se resguardaba del fuego de la artillería italiana. Sorprendido por la repentina aparición de soldados enemigos y más aún por la voz del heroico oficial italiano que con perfecta pronunciación alemana les ordenaba rendirse, un capitán húngaro salió inmediatamente de la posición austríaca con una bandera blanca seguido de otros 7 oficiales y 66 soldados con las manos levantadas. El 10 de agosto de 1915, en presencia de Emanuele Filiberto, duque de Aosta, el teniente Tranquillo Bianchi fue condecorado en el campo, en presencia de todos los oficiales, con la primera Medalla al Valor Militar recibida del Cuerpo de Ingenieros Militares.
En el Boletín Oficial del Ministerio de la Guerra del 14 de agosto de 1915, leemos la siguiente motivación: RECOMPENSAS AL VALOR MILITAR por la campaña de guerra de 1915 PREMIOS OTORGADOS "MOTU PROPRIO" POR S.M. EL REY Medalla de plata 13 de agosto de 1915 BIANCHI Tranquillo, de Sormano (Como), Alférez de complemento 3 Regimiento de Ingenieros: Comandante de un puesto de señales ópticas, cerca de la línea de fuego, al ver caer a un comandante de pelotón, lo reemplazó en el mando del departamento, continuando el asalto iniciado y llevándolo a su fin, contribuyendo efectivamente al éxito del ataque y a la captura de numerosos prisioneros, incluidos siete oficiales. 18 de julio de 1915
Sus gestas fueron relatadas en diversas revistas de la época, como en la Revista de Letras y Arte Aprutium de 1918 del On. Alceo Esperanza : vease este pdf . Después de la guerra, Tranquillo Bianchi dejó el Ejército y fue contratado por el Ministerio de Relaciones Exteriores como Agregado Militar y, debido a su perfecto conocimiento del idioma alemán, luego fue destinado a la Embajada del Reino de Italia en Berlín. Permaneció en Alemania hasta 1929, año en que pidió ser trasladado como Cónsul a la Agencia Consular de Málaga, donde se habían formado fuertes intereses comerciales ligados a la presencia de algunas empresas privadas italianas.[1] Desgraciadamente, en julio de 1936, el estallido de la Guerra Civil Española y el consiguiente cierre de la ciudad por parte de las fuerzas anarco-republicanas produjo un desbarajuste total en la gestión de ese Consulado que se encontraba aislado para gestionar la emergencia del momento, salpicado de atroces derramamiento de sangre contra la población sospechosa de haber tenido contacto con el bando nacionalista. Las atrocidades de los anarquistas terminaron el 8 de febrero de 1937 con la rendición de la ciudad a las tropas invasoras italianas de la CTV. Los italianos, i n m e d i a t a m e n t e después de la ocupación, entregaron la ciudad a las fuerzas nacionalistas que, por orden de sus generales Mola, Franco y Queipo de Llano, iniciaron una dura y sangrienta represión contra los presos y la población entregada, con n u m e r o s o s fusilamientos masivos, vendettas, sentencias de muerte dictadas por tribunales títeres y ejecutadas inmediatamente después de la lectura de la sentencia, denuncias falsas dadas por despecho personal. Esta sangrienta represión y espíritu de venganza sobre los vencidos despertó el asombro y la indignación de los oficiales italianos que no supieron comprender ni justificar niveles similares de violencia y castigo. Esta, por desgracia, fue la norma general en toda la España conquistada por los nacionalistas. El método de tierra arrasada comenzó a utilizarse de manera sistemática y el objetivo era eliminar cualquier posibilidad de recuperación por parte del enemigo, quien, a su vez, podía representar un peligro físico para la seguridad de los nuevos ocupantes. Poco se imaginaba que la violencia injusta, desmedida e indiscriminada exacerbaría un imparable deseo de venganza en los vencidos, devastando las conciencias de los españoles durante décadas. Los comandantes de la C.T.V. se distanciaron de tales atrocidades e informaron a sus superiores de lo que sucedía en los territorios ocupados. [2] En este clima de ferocidad y terror, el agente consular italiano Tranquillo Bianchi puso en marcha una pequeña "Schienderlist" totalmente italiana que funcionó tanto con Málaga en manos del Fruente Popular, como cuando las tropas nacionalistas tenían el control total de la ciudad más tarde, en febrero del '37. En el primer período republicano, el cónsul Tranquillo Bianchi salvó de ser fusilados a algunas personalidades eminentes de esa ciudad, entre ellas el obispo Balbino Santos Olivera, otros representantes del clero y toda la familia del general nacionalista Gonzalo Queipo de LLano y Sierra, fiel cómplice, pero a la vez incómodo, del dictador Franco. Gracias a sus providenciales contactos con la Marina Mercante Italiana, todos compatriotas italianos pudieron escapar, junto con mucha gente de la burguesía malagueña, de la ferocidad homicida de los anarquistas, atreviéndose a embarcarse rumbo a Tánger, donde encontraron refugio ofrecido por aquellas autoridades internacionales. Por estas acciones providenciales y heroicas, las autoridades malagueñas en 1937 otorgaron al Cónsul Tranquillo Bianchi el honor de "Hijo Adoptivo de la ciudad de Málaga", mientras que en Italia se le concedió la segunda Medalla de Plata al Valor Militar con la siguiente motivación: PREMIO AL VALOR MILITAR concedido por Real Decreto de 1 de julio de 1937 Medalla de plata BIANCHI Tranquillo di Cesare, de Sormano (Como), primer capitán de los ingenieros del complemento en excedencia. - El agente consular en Málaga, mientras la ciudad estaba atenazada por el terror y sus compatriotas expuestos a graves peligros, se esforzó con admirable abnegación y sangre fría por salvar a las familias italianas que allí residían, acompañándolas ilesas a bordo de los barcos enviados a su rescate. A pesar de las amenazas y ataques de los que fue objeto en reiteradas ocasiones, permaneció en su cargo hasta completar toda su tarea. Ejemplo fascista de fe firme, generosa audacia y singular desprecio por el peligro. Málaga (España), julio-noviembre de 1936. Incluso después de la rendición de Málaga, durante las salvajes operaciones de "limpieza" realizadas por los Nacionales, gracias a su conocimiento personal y gracias a la gratitud ganada con la fuga del Obispo y la poderosa familia de Queipo de LLano, el Cónsul Bianchi consiguió interceder ante las autoridades militares y salvar a cientos de malagueños detenidos y condenados a muerte por los tribunales militares de ocupación. Colas de personas hacían fila en la puerta de entrada del Consulado italiano para pedir ayuda a la única persona que tuvo el coraje de oponerse a tales crueldades. Acompañado de su chófer, a bordo de un auto descapotable que los malagueños llamaban jocosamente "la bañera", el cónsul Tranquillo Bianchi, fortalecido por sus protecciones en las altas esferas del régimen, recorría de noche las oscuras calles de la ciudad donde había noticias esporádicas de fusilamientos de presos para poder salvar al mayor número posible de personas, subirlas al coche y darles cobijo en su propia casa y en las instalaciones del Consulado italiano. El siguiente Informe Secreto del Cónsul de Sevilla Conti dirigido al Ministro de Asuntos Exteriores Ciano, del que se transcribe un extracto, describe con detalle la heroica conducta del Agente Consular Cav. Tranquillo Bianchi a favor de la población oprimida: « continúa en Málaga la represión a elementos comunistas, llevada a cabo a gran escala y con indiscutible dureza por parte del Gobierno nacional. Se basa en disposiciones sustancialmente sumarias, más por el sistema expedito con que se ejecutan que por el procedimiento, al que la justicia militar se esfuerza por conservar cierta forma externa. Los acusados ​​son en su gran mayoría comunistas activos ~hombres y mujeres~ que no pudieron salir de la ciudad antes de que fuera ocupada por las tropas nacionales y que tienen que responder por delitos en su mayoría muy graves; hay sin embargo, en medio de éstos, elementos grises que bajo la amenaza del terror se han dejado imponer y absorber pasivamente por el comunismo imperante. ..omisis…. La pena de muerte se impone no solo por asesinato y violencia, sino también por actos de sabotaje y devastación. Particularmente severa es la represión contra los Guardias Civiles y los Carabineros (correspondientes a nuestra Guardia di Finanza) que habían ofrecido sus servicios al régimen rojo… omissis…. En conjunto, desde la ocupación de Málaga hasta hoy ascenderían los fusilamientos, según las cifras facilitadas por la cav. Bianchi, a más de tres mil. La actuación de este agente consular para conseguir la suspensión de las ejecuciones absorbe la plena totalidad de su actividad diaria. Pude ver visualmente la lamentable escena que se desarrolla todos los días frente a la puerta del hotel donde vive: una multitud de familiares, mujeres, sacerdotes se acercan a él para interceder por los condenados a ser fusilados esa mismo noche o al día siguiente. La intervención de Bianchi tiene un carácter más personal y privado y se basa en el indiscutible prestigio del que goza en los círculos locales de la Falange, entre los funcionarios subalternos de las administraciones locales y sobre todo entre la población malagueña que no ve mucho en el un representante consular del gobierno italiano, así como, y sobre todo, uno de los primeros "squadristi" del movimiento nacional en Málaga. Lleno de coraje, generoso, desconsiderado, muy sentimental, teatral, Bianchi tiene muchos actos para complacer a los españoles del Sur. Así: Bianchi ~ que tiene entrada libre en todas las cárceles de Málaga~ va a las secciones de condenados a muerte con una lista de nombres proporcionada por sus numerosos solicitantes y, a menudo, una breve conversación con el subdirector de turno es suficiente para obtener la suspensión provisional de la ejecución. En la noche del 6 de este año, por ejemplo, habiendo sido fusilado cinco minutos antes uno de sus protegidos ~ para quien ya había obtenido una sentencia condicional ~, Bianchi pudo obtener a cambio la vida de otros dos comunistas, elegidos al azar, que ya estaban literalmente frente al pelotón de fusilamiento. Para esta última «variación» bastaba el consentimiento del propio jefe de pelotón. Al día siguiente, los hechos son comunicados de los funcionarios subalternos a sus superiores a través de la lenta y todavía desordenada burocracia judicial, mientras los condenados se trasladan a otra prisión, perpetuando efectivamente su situación un tanto incierta de “suspensión provisional” de ejecución. Como entiende Vuestra Excelencia, esta actuación de Bianchi no cuenta tanto con la adhesión de altas personalidades oficiales, que muy poco demostrarían que aprecian esta intervención directa en el ejercicio de sus poderes, sino que por el contrario actúa de abajo hacia arriba , penetrando entre las mallas y agarrando los agujeros de este singularísimo sistema de administración de justicia, ahora trágicamente y ahora bondadosamente aproximado. Lo cierto es que en este ambiente de revolución se reduce al mínimo el valor ético de la vida humana, de modo que incluso los asuntos graves en los que está en juego son tratados como asuntos ordinarios. Bianchi afirma que de tres mil condenados a muerte logró suspender la ejecución a favor de más de cuatrocientos, lo que representaría un éxito verdaderamente notable. Actúa principalmente bajo el impulso de su sincera emoción sentimental y la ambición de aumentar su popularidad. Sin embargo, sería deseable -en este sentido le di instrucciones precisas- que estas intervenciones suyas fueran más escrupulosamente escrutadas para evitar que caigan a favor de elementos demasiado seriamente disgustados por las autoridades gubernamentales, o que en todo caso no merece la protección fascista. También le aconsejé ser más reservado y abstenerse de expresar públicamente, con exuberante sinceridad, juicios que ofendieran la susceptibilidad de los elementos de gobierno, pudieran debilitar su posición y limitar sus posibilidades de movimiento. Es una lástima, en efecto, que por semejante imprudencia haya comprometido algo su influencia (en otro tiempo tan notable por estar ligada a motivos de gratitud personal) con el general Queipo de Llano. El cav. Bianchi, en un telegrama enviado directamente a Vuestra Excelencia, menciona un posible peligro de graves complicaciones políticas tras la excesiva dureza de la represión y denuncia que, a su juicio, la responsabilidad moral del gobierno fascista podría ser involucrada... omissis... Cuando... a la supuesta corresponsabilidad del gobierno fascista en la represión, hay que señalar que en Málaga, donde, entre otras cosas, actualmente sólo hay ocho voluntarios italianos, la opinión pública sabe muy bien que el Gobierno Real se abstuvo de intervenir oficialmente en este campo para evitar cambios de autoridad, y que, si hubo una intervención puramente extraoficial y amistosa a través del trabajo personal de Bianchi, tuvo como objetivo limitar los excesos y aconsejar moderación. En definitiva, tengo la impresión de que la represión, indiscutiblemente necesaria en profundidad, ha sido tal vez excesiva. Una vez destruidos todos los núcleos del movimiento subversivo, creo que la España Nacional aún se salvaría si fusilaran en Málaga unos cientos de comunistas menos, que mañana, bajo un gobierno fuerte y comprensivo, podrían ser reabsorbidos paulatinamente… » [3]. Después de algunas advertencias autorizadas e desatendidas del Cónsul General en Sevilla de no inmiscuirse en asuntos que iban más allá de la competencia diplomática, el Gobierno italiano en 1940, por razones de conveniencia, decidió destituir al Cónsul Tranquillo Bianchi, encomendándole el Consulado General en Belo Horizonte en Brasil. A fines de enero de 1942, las relaciones diplomáticas con los países del Eje Roma-Berlín-Tokio fueron interrumpidas drásticamente por Brasil, por lo que el Cónsul Tranquillo Bianchi fue enviado a dirigir la representación diplomática en Agen (Burdeos), territorio ocupado por los alemanes en Francia, donde se encontraba una gran comunidad de italianos que habían emigrado a esa región por trabajo. En septiembre de 1943, al día siguiente del Armisticio, al encontrarse en territorio controlado por las tropas nazis, la Gestapo detuvo al cónsul Bianchi para saber si tenía la intención de permanecer junto a los alemanes bajo la República de Salò o ser deportado a Alemania con toda su familia como traidor a la alianza ítalo-alemana. Después de una dolorosa meditación y consciente de las consecuencias que tendrían que sufrir sus familiares, el Cónsul Bianchi valientemente declaró que permanecería fiel a su juramento hacia el Rey y el Estado italiano. En esa declaración, todos fueron trasladados a Toulouse para luego ser trasladados en tren a París, antes de ser deportados a Alemania. La misma providencia que animó a Tranquillo Bianchi en Andalucía para salvar tantas vidas humanas se le presentó bajo la forma de un monje encontrado casualmente durante una breve escala en una estación de tren hacia la frontera: custodiado por un oficial de las SS, Tranquillo Bianchi se sienta a tomar un café junto al prelado en el pequeño bar de la estación, cuando se da cuenta de que este hablaba español. Sin hacerse entender por el oficial alemán, Bianchi pide en el idioma del cura que envíe el mensaje que está a punto de escribir al General Queipo de LLano, en España. Con un subterfugio, el Cónsul toma una toalla de papel del mostrador y escribe en ella en español «Gonzalo, estoy en la misma situación que tu familia en 1936. ¡Estoy en Francia contra los alemanes, haz algo por nosotros! La Pimpinela Negra», dobla el papel y lo coloca a escondidas debajo del vaso del prelado, quien al ver alejarse el tren, se percata del mensaje codificado. Tal como está escrito en un guión cinematográfico, después de dos semanas llega un telegrama desde el Alto Comando Alemán ordenando la liberación del Cónsul y su familia, libres para llegar a España bajo la protección de Franco, amigo de la nación alemana. En la península ibérica Tranquillo Bianchi explotó sus conocimientos para abrir y gestionar su propia oficina de representación comercial, hasta que en 1950 aceptó una propuesta del Ministerio de Relaciones Exteriores italiano para abrir una agencia consular honoraria en Argentina en la localidad de Moreno, a unos 50 km de distancia de Buenos Aires. Fue el comienzo de una nueva era para la familia Bianchi que, sin muchas dificultades, se adaptó rápidamente al nuevo escenario ligado a la vida de los emigrantes italianos en América del Sur. Lamentablemente en 1964 un trágico y banal accidente en el peaje del ferrocarril en Moreno puso fin a la extraordinaria y novedosa existencia del Cónsul Tranquillo Bianchi quien murió lejos de su patria, mientras regresaba a casa de su oficina en el sillín de su bicicleta.[4] Una vida dedicada al trabajo y a los demás, la lejanía de Italia y las dificultades para reconocer su humanidad y su valentía por lo ocurrido en un período histórico todavía hoy por muchos considerado "incómodo" , han hecho que las sorpresivas peripecias del cónsul Tranquillo Bianchi cayesen en el olvido de la historia. Pero una vez más, como si todo estuviera dirigido por un providencial director oculto, un escritor, nieto de un hombre condenado a muerte por los Tribunales de Guerra Nacionalistas y dos veces arrebatado a la ejecución por el Cónsul Bianchi (quizás aún vivo si no se hubiera adelantado la tercera ejecución para evadir la terquedad de nuestro héroe) inició en 1991 por cuenta propia una minuciosa investigación sobre los hechos de Málaga que lo llevó después de unos 20 años a encontrarse con su hija Lilia Bianchi que aún residía en Argentina en la localidad de Moreno (Buenos Aires) . De esta su indagación hispano- argentina , en noviembre de 2018 se publicó el libro de Antonio Olea Peréz titulado "Tranquillo Bianchi - El cónsul italiano de la Guerra Civil en Màlaga". Con un caudal de detalles inéditos y con transparente objetividad intelectual, se describen finalmente con valentía muchos episodios inquietantes, sacados a la luz por los supervivientes y sus familias que aún no han olvidado el terror y el silencio de aquellos oscuros momentos de la España "de entreguerras". Además de las refinadas reflexiones del autor, la obra contiene una biografía cortés y cariñosa de nuestro personaje escrita en 1988 por la mismísima Lilia Bianchi con la que el lector puede captar, con ojos fascinados de una hija , el singular carácter del "Cónsul de Italia en Málaga" y conocer la verdadera historia de un héroe italiano, admirado y luego olvidado por sus seguidores. En Málaga, la publicación del libro en El cónsul italiano está despertando un interés creciente y una comprensible curiosidad por los personajes y escenarios de la época, ayudando así a reconsiderar algunos hechos de aquella época desde una perspectiva más razonada, serena y clara al mismo tiempo. . La esperada traducción al italiano de la biografía española y la dedicatoria a su nombre de la Sección Española de la UNUCI serán las palancas iniciales que sacarán a la luz las heroicas peripecias del Capitán Tranquillo Bianchi, protagonista de su época y ejemplo exaltador de valentía y lealtad para las generaciones futuras. Articulo del Alfz. Pil. Carabinieri cpl (r) Giuseppe Coviello Presidente de la Sección en el Extranjero de UNUCI en España _________________________________________________ 1 Antonio Olea Peréz, Tranquillo Bianchi - El cónsul italiano de la Guerra Civil en Màlaga, Ediciones del Genal, Malaga, segunda parte 213-437 2 Dimas Vaquero Pelaéz, Credere, obbedire, combattere, Mira Editores, Zaragoza, 2007, pag 111-112 3 Console a Siviglia, Conti, al Ministro degli Esteri, Ciano – Rapporto Segreto 854/46. Siviglia, 9 marzo 1937 4 Antonio Olea Peréz, Tranquillo Bianchi - El cónsul italiano de la Guerra Civil en Màlaga, Ediciones del Genal, Malaga, segunda parte 213-437
Milicianos republicanos defienden Málaga La Tribuna Illustrata 8 23 1936 - Las hazañas del cónsul italiano en Málaga Personas haciendo cola bajo el Consulado de Italia en Málaga El Cónsul Tranquillo Bianchi saluda la visita a Málaga del Conde Ciano, Ministro de Asuntos Exteriores 08 septiembre 1943 - El Armisticio en Italia El Consul Tranquillo Bianchi en Malaga El Cónsul Tranquillo Bianchi desfila por las calles de la ciudad como Hijo Adoptivo de la Ciudad de Málaga
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