(Como) el 20 de octubre 1892 e
fallecido en Moreno (Argentina) el
12 de julio 1964
La
Sección
UNUCI
en
el
Extranjero
de
España
desde
el
7
de
marzo
de
2020
lleva
el
nombre
del
M.A.V.M.(Medalla
de
Plata
al
Valor
Militar)
Tranquillo
Bianchi
a
propuesta
del
Presidente
de
la
Sección
Extranjera
de
UNUCI
para
España,
el
Alfz.
Carabinieri
Pil.
(R)
Giuseppe
Coviello,
quien,
tras
una
investigación
histórica
sobre
la
participación
italiana
en
el
período
1936-39
en
el
conflicto
de
la
Guerra
Civil
Española,
se
enteró
de
las
asombrosas
aventuras
del
Cónsul
de
Italia
en
Málaga
Tranquillo
Bianchi,
ex
Teniente
de
Ingenieros
y
héroe
de
la
1ª
Guerra
Mundial,
galardonado
con
la
primera
Medalla
al
Valor
Militar
asignada
al Cuerpo de Ingenieros (18 de julio de 1915) en el campo de batalla.
Tranquillo
Bianchi
nació
el
20
de
octubre
de
1892
en
Sormano,
un
pequeño
pueblo
cerca
del
lago
de
Como,
en
el
seno
de
una
familia
humilde
y
trabajadora
que
en
1897
emigró
a
Triberg,
en
la
Selva
Negra
alemana.
Con
grandes
sacrificios
de
su
familia,
Tranquillo
Bianchi
se
graduó
con
la
máxima
calificación
en
Ingeniería
en
la
Universidad
de
Kalrsruhe
(D),
pero
en
1913
regresó
a
Italia
para
cumplir
con
sus
obligaciones
del
servicio
militar.
Gracias
a
sus
estudios
universitarios
pudo
acceder
casi
de
inmediato
a
la
Escuela
Oficial
de
Cadetes
de
Ingenieros de Verona.
Al
estallar
la
Primera
Guerra
Mundial,
Tranquillo
Bianchi
fue
enviado
al
frente
con
el
grado
de
Teniente
de
Ingenieros
en
la
10ª
Compañía
de
Ingenieros
Telegrafistas
del
IX
Cuerpo
de
Ejército.
Durante
la
batalla
de
Monte
San
Michele,
el
S.Ten.
Tranquillo
Bianchi
se
ofreció
como
voluntario
para
restablecer
la
conexión
con
la
primera
línea
a
través
de una nueva estación óptica.
En
el
momento
del
asalto,
el
teniente
que
comandaba
el
pelotón
de
infantería
resultó
muerto
a
tiros
frente
a
sus
propios
soldados
que
se
encontraban
en
la
refriega
bajo
el
mortífero
fuego
de
un
puesto
de
ametralladoras
austriacas.
Incluso
si
estaba
en
el
campo
de
batalla
con
otras
funciones,
el
S.Ten.
Bianchi,
con
un
estallido
de
ira,
después
de
sacar
su
pistola,
saltó
de
la
trinchera
y
se
colocó
a
la
cabeza
de
los
soldados
a
unos
veinte
pasos
de
distancia
y
gritó
"¡Vamos,
muchachos,
Saboya!
A
su
grito,
los
soldados
de
infantería
se
animaron
y
se
lanzaron
contra
el
enemigo.
De
un
salto
alcanzaron
la
altura
y
sorprendieron
a
la
posición
austriaca
que
se
resguardaba
del
fuego
de
la
artillería
italiana.
Sorprendido
por
la
repentina
aparición
de
soldados
enemigos
y
más
aún
por
la
voz
del
heroico
oficial
italiano
que
con
perfecta
pronunciación
alemana
les
ordenaba
rendirse,
un
capitán
húngaro
salió
inmediatamente
de
la
posición
austríaca
con
una
bandera
blanca
seguido
de
otros
7
oficiales
y
66
soldados
con
las manos levantadas.
El
10
de
agosto
de
1915,
en
presencia
de
Emanuele
Filiberto,
duque
de
Aosta,
el
teniente
Tranquillo
Bianchi
fue
condecorado
en
el
campo,
en
presencia
de
todos
los
oficiales,
con
la
primera
Medalla
al
Valor
Militar
recibida
del
Cuerpo de Ingenieros Militares.
En
el
Boletín
Oficial
del
Ministerio
de
la
Guerra
del
14
de
agosto
de
1915, leemos la siguiente motivación:
RECOMPENSAS AL VALOR MILITAR por la campaña de guerra de
1915
PREMIOS OTORGADOS "MOTU PROPRIO" POR S.M. EL REY
Medalla de plata
13 de agosto de 1915
BIANCHI Tranquillo, de Sormano (Como), Alférez de complemento
3 Regimiento de Ingenieros:
Comandante de un puesto de señales ópticas, cerca de la línea de
fuego, al ver caer a un comandante de pelotón, lo reemplazó en el
mando del departamento, continuando el asalto iniciado y
llevándolo a su fin, contribuyendo efectivamente al éxito del
ataque y a la captura de numerosos prisioneros, incluidos siete
oficiales. 18 de julio de 1915
Sus
gestas
fueron
relatadas
en
diversas
revistas
de
la
época,
como
en
la
Revista
de
Letras
y
Arte
Aprutium
de
1918
del
On.
Alceo
Esperanza
:
vease este pdf
.
Después
de
la
guerra,
Tranquillo
Bianchi
dejó
el
Ejército
y
fue
contratado
por
el
Ministerio
de
Relaciones
Exteriores
como
Agregado
Militar
y,
debido
a
su
perfecto
conocimiento
del
idioma
alemán,
luego
fue
destinado
a
la
Embajada
del
Reino
de
Italia
en
Berlín.
Permaneció
en
Alemania
hasta
1929,
año
en
que
pidió
ser
trasladado
como
Cónsul
a
la
Agencia
Consular
de
Málaga,
donde
se
habían
formado
fuertes
intereses
comerciales
ligados
a
la
presencia
de
algunas
empresas
privadas italianas.[1]
Desgraciadamente,
en
julio
de
1936,
el
estallido
de
la
Guerra
Civil
Española
y
el
consiguiente
cierre
de
la
ciudad
por
parte
de
las
fuerzas
anarco-republicanas
produjo
un
desbarajuste
total
en
la
gestión
de
ese
Consulado
que
se
encontraba
aislado
para
gestionar
la
emergencia
del
momento,
salpicado
de
atroces
derramamiento
de
sangre
contra
la
población
sospechosa
de
haber
tenido
contacto
con
el
bando
nacionalista.
Las
atrocidades
de
los
anarquistas
terminaron
el
8
de
febrero
de
1937
con
la
rendición
de
la
ciudad
a
las
tropas
invasoras italianas de la CTV.
Los
italianos,
i
n
m
e
d
i
a
t
a
m
e
n
t
e
después
de
la
ocupación,
entregaron
la
ciudad
a
las
fuerzas
nacionalistas
que,
por
orden
de
sus
generales
Mola,
Franco
y
Queipo
de
Llano,
iniciaron
una
dura
y
sangrienta
represión
contra
los
presos
y
la
población
entregada,
con
n
u
m
e
r
o
s
o
s
fusilamientos
masivos,
vendettas,
sentencias
de
muerte
dictadas
por
tribunales
títeres
y
ejecutadas
inmediatamente
después
de
la
lectura
de
la
sentencia,
denuncias
falsas
dadas
por
despecho
personal.
Esta
sangrienta
represión
y
espíritu
de
venganza
sobre
los
vencidos
despertó
el
asombro
y
la
indignación
de
los
oficiales
italianos
que
no
supieron
comprender
ni
justificar
niveles
similares de violencia y castigo.
Esta,
por
desgracia,
fue
la
norma
general
en
toda
la
España
conquistada
por
los
nacionalistas.
El
método
de
tierra
arrasada
comenzó
a
utilizarse
de
manera
sistemática
y
el
objetivo
era
eliminar
cualquier
posibilidad
de
recuperación
por
parte
del
enemigo,
quien,
a
su
vez,
podía
representar
un
peligro
físico
para
la
seguridad
de
los
nuevos
ocupantes.
Poco
se
imaginaba
que
la
violencia
injusta,
desmedida
e
indiscriminada
exacerbaría
un
imparable
deseo
de
venganza
en
los
vencidos,
devastando
las
conciencias
de
los
españoles
durante
décadas.
Los
comandantes
de
la
C.T.V.
se
distanciaron
de
tales
atrocidades
e
informaron
a
sus
superiores
de
lo
que
sucedía
en
los
territorios ocupados. [2]
En
este
clima
de
ferocidad
y
terror,
el
agente
consular
italiano
Tranquillo
Bianchi
puso
en
marcha
una
pequeña
"Schienderlist"
totalmente
italiana
que
funcionó
tanto
con
Málaga
en
manos
del
Fruente
Popular,
como
cuando
las
tropas
nacionalistas
tenían
el
control total de la ciudad más tarde, en febrero del '37.
En
el
primer
período
republicano,
el
cónsul
Tranquillo
Bianchi
salvó
de
ser
fusilados
a
algunas
personalidades
eminentes
de
esa
ciudad,
entre
ellas
el
obispo
Balbino
Santos
Olivera,
otros
representantes
del
clero
y
toda
la
familia
del
general
nacionalista
Gonzalo
Queipo
de
LLano
y
Sierra,
fiel
cómplice,
pero
a
la
vez
incómodo,
del
dictador
Franco.
Gracias
a
sus
providenciales
contactos
con
la
Marina
Mercante
Italiana,
todos
compatriotas
italianos
pudieron
escapar,
junto
con
mucha
gente
de
la
burguesía
malagueña,
de
la
ferocidad
homicida
de
los
anarquistas,
atreviéndose
a
embarcarse
rumbo
a
Tánger,
donde
encontraron
refugio
ofrecido
por
aquellas
autoridades
internacionales.
Por
estas
acciones
providenciales
y
heroicas,
las
autoridades
malagueñas
en
1937
otorgaron
al
Cónsul
Tranquillo
Bianchi
el
honor
de
"Hijo
Adoptivo
de
la
ciudad
de
Málaga",
mientras
que
en
Italia
se
le
concedió
la
segunda
Medalla
de
Plata
al
Valor
Militar
con
la
siguiente
motivación:
PREMIO AL VALOR MILITAR concedido por Real Decreto de 1 de julio de
1937
Medalla de plata
BIANCHI
Tranquillo
di
Cesare,
de
Sormano
(Como),
primer
capitán
de
los
ingenieros
del
complemento
en
excedencia.
-
El
agente
consular
en
Málaga,
mientras
la
ciudad
estaba
atenazada
por
el
terror
y
sus
compatriotas
expuestos
a
graves
peligros,
se
esforzó
con
admirable
abnegación
y
sangre
fría
por
salvar
a
las
familias
italianas
que
allí
residían,
acompañándolas
ilesas
a
bordo
de
los
barcos
enviados
a
su
rescate.
A
pesar
de
las
amenazas
y
ataques
de
los
que
fue
objeto
en
reiteradas
ocasiones,
permaneció
en
su
cargo
hasta
completar
toda
su
tarea.
Ejemplo
fascista
de
fe
firme,
generosa
audacia
y
singular
desprecio por el peligro.
Málaga (España), julio-noviembre de 1936.
Incluso
después
de
la
rendición
de
Málaga,
durante
las
salvajes
operaciones
de
"limpieza"
realizadas
por
los
Nacionales,
gracias
a
su
conocimiento
personal
y
gracias
a
la
gratitud
ganada
con
la
fuga
del
Obispo
y
la
poderosa
familia
de
Queipo
de
LLano,
el
Cónsul
Bianchi
consiguió
interceder
ante
las
autoridades
militares
y
salvar
a
cientos
de
malagueños
detenidos
y
condenados
a
muerte
por
los
tribunales
militares de ocupación.
Colas
de
personas
hacían
fila
en
la
puerta
de
entrada
del
Consulado
italiano
para
pedir
ayuda
a
la
única
persona
que
tuvo
el
coraje
de
oponerse
a
tales
crueldades.
Acompañado
de
su
chófer,
a
bordo
de
un
auto
descapotable
que
los
malagueños
llamaban
jocosamente
"la
bañera",
el
cónsul
Tranquillo
Bianchi,
fortalecido
por
sus
protecciones
en
las
altas
esferas
del
régimen,
recorría
de
noche
las
oscuras
calles
de
la
ciudad
donde
había
noticias
esporádicas
de
fusilamientos
de
presos
para
poder
salvar
al
mayor
número
posible
de
personas,
subirlas
al
coche
y
darles
cobijo
en
su
propia
casa
y
en
las
instalaciones
del
Consulado italiano.
El
siguiente
Informe
Secreto
del
Cónsul
de
Sevilla
Conti
dirigido
al
Ministro
de
Asuntos
Exteriores
Ciano,
del
que
se
transcribe
un
extracto,
describe
con
detalle
la
heroica
conducta
del
Agente
Consular
Cav.
Tranquillo
Bianchi
a
favor
de
la
población
oprimida:
«
…
continúa
en
Málaga
la
represión
a
elementos
comunistas,
llevada
a
cabo
a
gran
escala
y
con
indiscutible
dureza
por
parte
del
Gobierno
nacional.
Se
basa
en
disposiciones
sustancialmente
sumarias,
más
por
el
sistema
expedito
con
que
se
ejecutan
que
por
el
procedimiento,
al
que
la
justicia
militar
se
esfuerza
por
conservar
cierta
forma
externa.
Los
acusados
son
en
su
gran
mayoría
comunistas
activos
~hombres
y
mujeres~
que
no
pudieron
salir
de
la
ciudad
antes
de
que
fuera
ocupada
por
las
tropas
nacionales
y
que
tienen
que
responder
por
delitos
en
su
mayoría
muy
graves;
hay
sin
embargo,
en
medio
de
éstos,
elementos
grises
que
bajo
la
amenaza
del
terror
se
han
dejado
imponer
y
absorber
pasivamente
por
el
comunismo
imperante.
..omisis….
La
pena
de
muerte
se
impone
no
solo
por
asesinato
y
violencia,
sino
también
por
actos
de
sabotaje
y
devastación.
Particularmente
severa
es
la
represión
contra
los
Guardias
Civiles
y
los
Carabineros
(correspondientes
a
nuestra
Guardia
di
Finanza)
que
habían
ofrecido
sus
servicios
al
régimen
rojo…
omissis….
En
conjunto,
desde
la
ocupación
de
Málaga
hasta
hoy
ascenderían
los
fusilamientos,
según
las
cifras
facilitadas
por
la
cav.
Bianchi,
a
más
de
tres
mil.
La
actuación
de
este
agente
consular
para
conseguir
la
suspensión
de
las
ejecuciones
absorbe
la
plena
totalidad
de
su
actividad
diaria.
Pude
ver
visualmente
la
lamentable
escena
que
se
desarrolla
todos
los
días
frente
a
la
puerta
del
hotel
donde
vive:
una
multitud
de
familiares,
mujeres,
sacerdotes
se
acercan
a
él
para
interceder
por
los
condenados
a
ser
fusilados
esa
mismo
noche
o
al
día
siguiente.
La
intervención
de
Bianchi
tiene
un
carácter
más
personal
y
privado
y
se
basa
en
el
indiscutible
prestigio
del
que
goza
en
los
círculos
locales
de
la
Falange,
entre
los
funcionarios
subalternos
de
las
administraciones
locales
y
sobre
todo
entre
la
población
malagueña
que
no
ve
mucho
en
el
un
representante
consular
del
gobierno
italiano,
así
como,
y
sobre
todo,
uno
de
los
primeros
"squadristi"
del
movimiento
nacional en Málaga.
Lleno
de
coraje,
generoso,
desconsiderado,
muy
sentimental,
teatral,
Bianchi
tiene
muchos
actos
para
complacer
a
los
españoles
del
Sur.
Así:
Bianchi
~
que
tiene
entrada
libre
en
todas
las
cárceles
de
Málaga~
va
a
las
secciones
de
condenados
a
muerte
con
una
lista
de
nombres
proporcionada
por
sus
numerosos
solicitantes
y,
a
menudo,
una
breve
conversación
con
el
subdirector
de
turno
es
suficiente
para
obtener
la
suspensión
provisional
de
la
ejecución.
En
la
noche
del
6
de
este
año,
por
ejemplo,
habiendo
sido
fusilado
cinco
minutos
antes
uno
de
sus
protegidos
~
para
quien
ya
había
obtenido
una
sentencia
condicional
~,
Bianchi
pudo
obtener
a
cambio
la
vida
de
otros
dos
comunistas,
elegidos
al
azar,
que
ya
estaban
literalmente
frente
al
pelotón
de
fusilamiento.
Para
esta
última
«variación»
bastaba
el
consentimiento
del
propio
jefe
de
pelotón.
Al
día
siguiente,
los
hechos
son
comunicados
de
los
funcionarios
subalternos
a
sus
superiores
a
través
de
la
lenta
y
todavía
desordenada
burocracia
judicial,
mientras
los
condenados
se
trasladan
a
otra
prisión,
perpetuando
efectivamente
su
situación
un
tanto
incierta
de
“suspensión
provisional” de ejecución.
Como
entiende
Vuestra
Excelencia,
esta
actuación
de
Bianchi
no
cuenta
tanto
con
la
adhesión
de
altas
personalidades
oficiales,
que
muy
poco
demostrarían
que
aprecian
esta
intervención
directa
en
el
ejercicio
de
sus
poderes,
sino
que
por
el
contrario
actúa
de
abajo
hacia
arriba
,
penetrando
entre
las
mallas
y
agarrando
los
agujeros
de
este
singularísimo
sistema
de
administración
de
justicia,
ahora
trágicamente
y
ahora
bondadosamente
aproximado.
Lo
cierto
es
que
en
este
ambiente
de
revolución
se
reduce
al
mínimo
el
valor
ético
de
la
vida
humana,
de
modo
que
incluso
los
asuntos
graves
en
los
que
está
en
juego
son
tratados
como
asuntos ordinarios.
Bianchi
afirma
que
de
tres
mil
condenados
a
muerte
logró
suspender
la
ejecución
a
favor
de
más
de
cuatrocientos,
lo
que
representaría
un
éxito
verdaderamente
notable.
Actúa
principalmente
bajo
el
impulso
de
su
sincera
emoción
sentimental
y
la
ambición
de
aumentar
su
popularidad.
Sin
embargo,
sería
deseable
-en
este
sentido
le
di
instrucciones
precisas-
que
estas
intervenciones
suyas
fueran
más
escrupulosamente
escrutadas
para
evitar
que
caigan
a
favor
de
elementos
demasiado
seriamente
disgustados
por
las
autoridades
gubernamentales,
o
que
en
todo
caso
no
merece
la
protección
fascista.
También
le
aconsejé
ser
más
reservado
y
abstenerse
de
expresar
públicamente,
con
exuberante
sinceridad,
juicios
que
ofendieran
la
susceptibilidad
de
los
elementos
de
gobierno,
pudieran
debilitar
su
posición
y
limitar
sus
posibilidades
de
movimiento.
Es
una
lástima,
en
efecto,
que
por
semejante
imprudencia
haya
comprometido
algo
su
influencia
(en
otro
tiempo
tan
notable
por
estar
ligada
a
motivos
de
gratitud
personal)
con
el
general
Queipo
de
Llano.
El
cav.
Bianchi,
en
un
telegrama
enviado
directamente
a
Vuestra
Excelencia,
menciona
un
posible
peligro
de
graves
complicaciones
políticas
tras
la
excesiva
dureza
de
la
represión
y
denuncia
que,
a
su
juicio,
la
responsabilidad
moral
del
gobierno fascista podría ser involucrada... omissis...
Cuando...
a
la
supuesta
corresponsabilidad
del
gobierno
fascista
en
la
represión,
hay
que
señalar
que
en
Málaga,
donde,
entre
otras
cosas,
actualmente
sólo
hay
ocho
voluntarios
italianos,
la
opinión
pública
sabe
muy
bien
que
el
Gobierno
Real
se
abstuvo
de
intervenir
oficialmente
en
este
campo
para
evitar
cambios
de
autoridad,
y
que,
si
hubo
una
intervención
puramente
extraoficial
y
amistosa
a
través
del
trabajo
personal
de
Bianchi,
tuvo
como
objetivo
limitar
los
excesos
y
aconsejar
moderación.
En
definitiva,
tengo
la
impresión
de
que
la
represión,
indiscutiblemente
necesaria
en
profundidad,
ha
sido
tal
vez
excesiva.
Una
vez
destruidos
todos
los
núcleos
del
movimiento
subversivo,
creo
que
la
España
Nacional
aún
se
salvaría
si
fusilaran
en
Málaga
unos
cientos
de
comunistas
menos,
que
mañana,
bajo
un
gobierno
fuerte
y
comprensivo,
podrían
ser
reabsorbidos paulatinamente…
» [3].
Después
de
algunas
advertencias
autorizadas
e
desatendidas
del
Cónsul
General
en
Sevilla
de
no
inmiscuirse
en
asuntos
que
iban
más
allá
de
la
competencia
diplomática,
el
Gobierno
italiano
en
1940,
por
razones
de
conveniencia,
decidió
destituir
al
Cónsul
Tranquillo
Bianchi,
encomendándole
el
Consulado
General
en
Belo
Horizonte
en
Brasil.
A
fines
de
enero
de
1942,
las
relaciones
diplomáticas
con
los
países
del
Eje
Roma-Berlín-Tokio
fueron
interrumpidas
drásticamente
por
Brasil,
por
lo
que
el
Cónsul
Tranquillo
Bianchi
fue
enviado
a
dirigir
la
representación
diplomática
en
Agen
(Burdeos),
territorio
ocupado
por
los
alemanes
en
Francia,
donde
se
encontraba
una
gran
comunidad
de
italianos que habían emigrado a esa región por trabajo.
En
septiembre
de
1943,
al
día
siguiente
del
Armisticio,
al
encontrarse
en
territorio
controlado
por
las
tropas
nazis,
la
Gestapo
detuvo
al
cónsul
Bianchi
para
saber
si
tenía
la
intención
de
permanecer
junto
a
los
alemanes
bajo
la
República
de
Salò
o
ser
deportado
a
Alemania
con
toda
su
familia
como
traidor
a
la
alianza
ítalo-alemana.
Después
de
una
dolorosa
meditación
y
consciente
de
las
consecuencias
que
tendrían
que
sufrir
sus
familiares,
el
Cónsul
Bianchi
valientemente
declaró
que
permanecería
fiel
a
su
juramento
hacia
el
Rey
y
el
Estado
italiano.
En
esa
declaración,
todos
fueron
trasladados
a
Toulouse
para
luego
ser
trasladados
en
tren
a
París,
antes
de
ser
deportados
a
Alemania.
La
misma
providencia
que
animó
a
Tranquillo
Bianchi
en
Andalucía
para
salvar
tantas
vidas
humanas
se
le
presentó
bajo
la
forma
de
un
monje
encontrado
casualmente
durante
una
breve
escala
en
una
estación
de
tren
hacia
la
frontera:
custodiado
por
un
oficial
de
las
SS,
Tranquillo
Bianchi
se
sienta
a
tomar
un
café
junto
al
prelado
en
el
pequeño
bar
de
la
estación,
cuando
se
da
cuenta
de
que
este
hablaba
español.
Sin
hacerse
entender
por
el
oficial
alemán,
Bianchi
pide
en
el
idioma
del
cura
que
envíe
el
mensaje
que
está
a
punto
de
escribir
al
General
Queipo
de
LLano,
en
España.
Con
un
subterfugio,
el
Cónsul
toma
una
toalla
de
papel
del
mostrador
y
escribe
en
ella
en
español
«Gonzalo,
estoy
en
la
misma
situación
que
tu
familia
en
1936.
¡Estoy
en
Francia
contra
los
alemanes,
haz
algo
por
nosotros!
La
Pimpinela
Negra»,
dobla
el
papel
y
lo
coloca
a
escondidas
debajo
del
vaso
del
prelado,
quien
al
ver
alejarse
el
tren,
se
percata
del
mensaje
codificado.
Tal
como
está
escrito
en
un
guión
cinematográfico,
después
de
dos
semanas
llega
un
telegrama
desde
el
Alto
Comando
Alemán
ordenando
la
liberación
del
Cónsul
y
su
familia,
libres
para
llegar
a
España
bajo
la
protección
de
Franco,
amigo
de
la
nación
alemana.
En
la
península
ibérica
Tranquillo
Bianchi
explotó
sus
conocimientos
para
abrir
y
gestionar
su
propia
oficina
de
representación
comercial,
hasta
que
en
1950
aceptó
una
propuesta
del
Ministerio
de
Relaciones
Exteriores
italiano
para
abrir
una
agencia
consular
honoraria
en
Argentina
en
la
localidad
de
Moreno,
a
unos
50
km
de
distancia
de
Buenos
Aires.
Fue
el
comienzo
de
una
nueva
era
para
la
familia
Bianchi
que,
sin
muchas
dificultades,
se
adaptó
rápidamente
al
nuevo
escenario
ligado
a
la
vida
de
los
emigrantes
italianos
en
América
del
Sur.
Lamentablemente
en
1964
un
trágico
y
banal
accidente
en
el
peaje
del
ferrocarril
en
Moreno
puso
fin
a
la
extraordinaria
y
novedosa
existencia
del
Cónsul
Tranquillo
Bianchi
quien
murió
lejos
de
su
patria,
mientras
regresaba
a
casa
de
su
oficina
en el sillín de su bicicleta.[4]
Una
vida
dedicada
al
trabajo
y
a
los
demás,
la
lejanía
de
Italia
y
las
dificultades
para
reconocer
su
humanidad
y
su
valentía
por
lo
ocurrido
en
un
período
histórico
todavía
hoy
por
muchos
considerado
"incómodo"
,
han
hecho
que
las
sorpresivas
peripecias
del
cónsul
Tranquillo Bianchi cayesen en el olvido de la historia.
Pero
una
vez
más,
como
si
todo
estuviera
dirigido
por
un
providencial
director
oculto,
un
escritor,
nieto
de
un
hombre
condenado
a
muerte
por
los
Tribunales
de
Guerra
Nacionalistas
y
dos
veces
arrebatado
a
la
ejecución
por
el
Cónsul
Bianchi
(quizás
aún
vivo
si
no
se
hubiera
adelantado
la
tercera
ejecución
para
evadir
la
terquedad
de
nuestro
héroe)
inició
en
1991
por
cuenta
propia
una
minuciosa
investigación
sobre
los
hechos
de
Málaga
que
lo
llevó
después
de
unos
20
años
a
encontrarse
con
su
hija
Lilia
Bianchi
que
aún
residía
en
Argentina
en
la
localidad
de
Moreno
(Buenos
Aires)
.
De
esta
su
indagación
hispano-
argentina
,
en
noviembre
de
2018
se
publicó
el
libro
de
Antonio
Olea
Peréz
titulado
"Tranquillo
Bianchi
-
El
cónsul
italiano
de
la
Guerra
Civil
en
Màlaga".
Con
un
caudal
de
detalles
inéditos
y
con
transparente
objetividad
intelectual,
se
describen
finalmente
con
valentía
muchos
episodios
inquietantes,
sacados
a
la
luz
por
los
supervivientes
y
sus
familias
que
aún
no
han
olvidado
el
terror
y
el
silencio
de
aquellos
oscuros
momentos
de
la
España
"de
entreguerras".
Además
de
las
refinadas
reflexiones
del
autor,
la
obra
contiene
una
biografía
cortés
y
cariñosa
de
nuestro
personaje
escrita
en
1988
por
la
mismísima
Lilia
Bianchi
con
la
que
el
lector
puede
captar,
con
ojos
fascinados
de
una
hija
,
el
singular
carácter
del
"Cónsul
de
Italia
en
Málaga"
y
conocer
la
verdadera
historia
de
un
héroe
italiano,
admirado
y
luego
olvidado
por
sus seguidores.
En
Málaga,
la
publicación
del
libro
en
El
cónsul
italiano
está
despertando
un
interés
creciente
y
una
comprensible
curiosidad
por
los
personajes
y
escenarios
de
la
época,
ayudando
así
a
reconsiderar
algunos
hechos
de
aquella
época
desde
una
perspectiva
más
razonada, serena y clara al mismo tiempo. .
La
esperada
traducción
al
italiano
de
la
biografía
española
y
la
dedicatoria
a
su
nombre
de
la
Sección
Española
de
la
UNUCI
serán
las
palancas
iniciales
que
sacarán
a
la
luz
las
heroicas
peripecias
del
1°
Capitán
Tranquillo
Bianchi,
protagonista
de
su
época
y
ejemplo
exaltador de valentía y lealtad para las generaciones futuras.
Articulo del Alfz. Pil. Carabinieri cpl (r) Giuseppe Coviello
Presidente de la Sección en el Extranjero de UNUCI en España
_________________________________________________
1 Antonio Olea Peréz, Tranquillo Bianchi - El cónsul italiano de la Guerra Civil en
Màlaga, Ediciones del Genal, Malaga, segunda parte 213-437
2 Dimas Vaquero Pelaéz, Credere, obbedire, combattere, Mira Editores, Zaragoza,
2007, pag 111-112
3 Console a Siviglia, Conti, al Ministro degli Esteri, Ciano – Rapporto Segreto
854/46. Siviglia, 9 marzo 1937
4 Antonio Olea Peréz, Tranquillo Bianchi - El cónsul italiano de la Guerra Civil en
Màlaga, Ediciones del Genal, Malaga, segunda parte 213-437
Sección en el Extranjero UNUCI de ESPAÑA
C/le Sta. Bárbara nr. 1/3- 38683 Los Gigantes ( S/C de Tenerife ) ESPAÑA
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