Los Carabineri Reali en la Campaña de España (1936 -1939)
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En octubre de 1936, tras el comienzo de la Guerra Civil Española, el gobierno de Mussolini encargó al General Mario Roatta, Jefe del SIM (Servicios de Información Militar) que creara un contingente militar de voluntarios. Roatta contó con la inestimable colaboración del Coronel de los Carabinieri Reali Giuseppe Pièche 1 , a la sazón encargado de la subordinada Sección III de "contraespionaje". La misión consistía en coordinar las ayudas a enviar a España a favor de la facción nacionalista insurgente, debiendo formar, de incógnito, un contingente de Tropas Voluntarias que sería inicialmente absorbido por la Legión Extranjera del ejército franquista. Este ficticio alistamiento en el Tercio Extranjero habría eludido los controles previstos por el "pacto de no intervención", suscrito por nada menos que 27 naciones, evitando así la atribución de una participación directa y oficial en el conflicto español. El primer contingente de Carabineri Reali, que no superó las 350 unidades (llegó a 500 tras la desastrosa batalla de Guadalajara 2 ), se organizó en tres Secciones diferentes y una Compañía, esta última a su vez dividida en Secciones para responder mejor a las necesidades de movilidad de las unidades del Corpo Truppe Volontarie, que mientras tanto había logrado su propia autonomía de mando y acción. Los Carabinieri Reali vestían en un principio un uniforme caqui español sobre el que destacaban las insignias del collar (alamari) plateadas y bordeadas de rojo, que indicaban claramente el Cuerpo al que pertenecían 3 . La población española confundió inicialmente a los Carabinieri italianos con los guardias aduaneros españoles llamados "Carabineros", que se mantuvieron fieles al anuncio contrario de los republicanos, mientras que la Guardia Civil, muy similar en organización y funciones a la italiana Arma dei Carabinieri 4 , se alineó casi en su totalidad con del lado de los insurgentes nacionalistas. De hecho, las dos Beneméritas compartían el mismo sentido de la disciplina y la lealtad y además contaban con una amplia presencia en la zona que les permitía integrarse plenamente a la población con la que compartían día a día la vida social y económica. Esta semejanza de tareas institucionales generó una gran confianza entre los Carabinieri Reali y la Guardia Civil, que siempre se mostraron atentas a acoger a los compañeros italianos en sus cuarteles, correspondientes a las " Stazioni dell’Arma " en Italia. En la retaguardia no era raro observar como en muchas ocasiones la Guardia Civil recibía órdenes directamente de las Secciones de los CC.RR. instalados en las Divisiones de la CTV, cooperando "codo con codo" en los delicados y fatigosos " Servicios del Instituto ". ILas tareas principales de los Carabinieri Reali, además de las de la Policía Militar, eran escoltar los convoyes de material para la CTV por las malas vías del tren y por las accidentadas carreteras del vasto territorio español. La red de carreteras en España era muy mala y en las escasas vías arteriales debían circular con rapidez tanto los vehículos de la Sanidad Militar, para el transporte urgente de los numerosos heridos, como las columnas militares para el transporte de tropas y material bélico. Por lo tanto, la tarea de seguridad vial asignada al Arma dei Carabinieri Reali se convirtió en una de las más importantes, especialmente durante las batallas, donde el frenesí y la falta de comunicación a veces ponían en tela de juicio el resultado mismo de las maniobras. Cuando la artillería y la aviación republicanas apuntaban a las tropas italianas, el nerviosismo y el pánico podían jugarles una mala pasada: acelerar, con la esperanza de que la velocidad esquivara algunas granadas, condujo en cambio a obtener el efecto contrario. Bajo los bombardeos era habitual ver a los Carabinieri Reali que, con su firme determinación, realizaban impertérritos controles y barreras en los cruces de caminos para señalar peligro o indicar desvíos de huida. Se dice que a veces el colega que iba a hacer sus necesidades encontraba a su compañero herido de muerte por las astillas de las granadas en el acto. El periodista Luigi Barzini, corresponsal de guerra en 1938, contaba: " En lugares solitarios, cerca del frente donde uno nunca estaba seguro de haber tomado el camino correcto y no haber llegado a territorio enemigo, la vista de un Carabinieri en guardia, quieto y solo, fue un gran consuelo.” "el Carabinieri es protección, asistencia, orden, consejo, ejemplo, casi siempre solo, suficiente e indispensable". "En las trincheras, en los accesos a las posiciones, a los mandos, a lo largo de los caminos, hasta las bases, en todas partes, había una escasa puntuación de Carabinieri inmóviles y listos, colocados para interceptar o facilitar el paso". “La especialidad de los Carabinieri es nunca mostrarse sorprendido por nada. Si el mundo colapsara, continuaría disciplinando el pánico de la humanidad" . No dejaron de contarse los hechos de heroísmo, ni tampoco los caídos y heridos que fueron 9 muertos y 33 enfermos para los Carabinieri. En la Campaña de España se concedieron 9 medallas de plata al valor militar, 33 medallas de bronce, 136 cruces al valor militar y hasta 32 ascensos al mérito de guerra. Durante el bombardeo republicano de Soncillo, cerca de Santander, en agosto de 1938, una patrulla de miltares del Arma, integrada por los Carabinieri Bonifacino Carlo y Proietti Beniamino, se detuvo en la plaza tachonada de balas para sortear el movimiento de las columnas de camiones. cuando de repente una granada explotó frente a ellos: Bonifacino cayó en un charco de sangre con la cabeza destrozada por una astilla, mientras que Proietti resultó gravemente herido en una pierna y murió pocos días después en el hospital. Su cuerpo yace ahora en el Memorial Militar Italiano en Zaragoza. 5 Algunos murieron en accidentes de tráfico en servicio, durante innumerables escoltas realizadas a menudo en condiciones de conducción imposibles. Hay que recordar, además de los dos militares mencionados, los otros 7 Carabinieri Reali caídos también en la Campaña Española: Carabiniere Grasselli Giuseppe que murió el 17 de mayo de 1937 en Burgos (Castilla y León) a causa de las heridas provocadas en un accidente de coche , Carabiniere Giallara Salvatore, muerto en Vitoria (País Vasco) por un disparo accidental de un compañero, Carabiniere Silvestrini Giuseppe, muerto el 6 de agosto de 1937 en Quintanillas (Cantabria) tras ser atropellado durante una escolta por un camión militar, Carabiniereo Briatore Pietro , muerto el 19 de marzo de 1938 en Alcañiz (Aragona) por heridas de metralla de granada, Carabiniere Simonazzi Demos muerto en Alcañiz (Aragona) el 14 de abril de 1938 al ser alcanzado por la explosión de una granada, Carabiniere Giannini Vittorio muerto en combate en Aldover ( Cataluña), Carabiniere De Felice Donato, que murió en Granyena (Cataluña) el 28 de diciembre de 1938. 6 Incluso en el frente, los Carabinieri Reali se distinguieron en la batalla, encontrándose a menudo junto a las tropas de la CTV en combate y descritas en acciones militares heroicas. Se hizo un gran esfuerzo en la gestión de los prisioneros de guerra, que, como en el caso de la ocupación de Santander, la inesperada rendición masiva de 25.000 soldados republicanos habría causado varios problemas graves a la CTV no preparada para tal eventualidad. No había campos de concentración y el agua no llegaba por el sabotaje de las cañerías. Escaseaba el alimento seco para alimentar a tanta multitud de personas y aparecían los primeros problemas de salud, sobre todo en los heridos que no habían sido tratados adecuadamente. Pero gracias a una pequeña guarnición formada por 4 oficiales y una treintena de Carabinieri, todos los prisioneros fueron desarmados y clasificados en campamentos temporales confiados a la supervisión armada de la milicia. El quinto día se restauraron las tuberías de agua, lo que permitió servir una comida caliente a todos los soldados rendidos. Inmediatamente después se completó un pequeño hospital de campaña para el tratamiento de los heridos y al décimo día las tropas regulares del ejército español de Franco recibieron el milagro organizativo realizado por el Arma en pocos días. 7 La presencia de la Benemerita italiana también fue importante en los territorios conquistados por las tropas italianas, evitando que muchas muertes inútiles ocurrieran solo por venganza o represión política; aunque entonces, una vez entregadas las ciudades al ejército nacionalista, no se pudieron evitar tantas masacres injustificadas y fusilamientos sumarios por parte de los tribunales militares de ocupación. Al finalizar el conflicto con la rendición de Madrid el 31 de marzo de 1939, el contingente italiano de la CTV junto con los soldados de los Carabinieri Reali fueron repatriados desde los territorios españoles. Muchos de ellos también recibieron condecoraciones militares del Gobierno de la Nueva España, pero el destino cambia su rumbo como el viento y los italianos, a partir de 1943, relataron sus batallas en su patria como "perdedores" y ya no como vencedores, como se autoproclamaba Franco gracias a la misma ayuda internacional de Italia y Alemania. Aún hoy, a pesar de que España ha avanzado y es un país democrático de la Unión Europea, es difícil recordar aquellos hechos desde un punto de vista histórico, mostrando una falsa vergüenza en reconocer la verdad. Cuánto vale, sobre todo para las generaciones venideras, no reconocer que lamentablemente todos los caídos de aquel conflicto fratricida lucharon ciegamente por su propio ideal diferente, pero necesario para formar una misma Patria. Una Patria que, roja, blanca o negra, ha perdido demasiados hijos a los que hoy debemos una conciencia y una honestidad capaces de garantizar el respeto democrático a las ideas ajenas y en las reglas de la justa convivencia de los pueblos. 80 años después de aquel conflicto civil, no quedan muchos combatientes con vida y las cruentas experiencias ya no son narradas por los testigos de aquellos trágicos momentos. En el Santuario Militar Italiano de Zaragoza donde están recogidos y enterrados los caídos de la Guerra de España, incluidos los del bando republicano, antes venía mucha gente que quería recordar, mientras ahora por fin aparece gente preguntando por saber, por saber esa verdad, única gran “víctima” de aquella Guerra Civil. Hoy conocer para nosotros significa "no olvidar", o más bien aceptar que en la diversidad de ideas se puede y se debe encontrar la solución a cualquier conflicto. Descansen en paz todos nuestros italianos caídos en la tierra de España, que ahora se encuentran unidos y hermanos ante la presencia del Padre, Señor en los Cielos. Articulo del Alfz. Pil. Carabinieri cpl (r) Giuseppe Coviello Presidente de la Sección en el Extranjero de UNUCI en España _________________________________________________ 1 El General Giuseppe Piéche fue el primer Comandante General de los Carabinieri después de la era fascista. Inmediatamente después del anuncio del armisticio del 8 de septiembre de 1943 y la proclamación del Reino del Sur, el gobierno provisional italiano de Badoglio y la Familia Real desembarcaron en Brindisi en los territorios del sur libres de las fuerzas nazifascistas. El 12 de septiembre se creó el Mando de los Carabinieri Reali del Sur de Italia bajo las órdenes del coronel Romano Dalla Chiesa, padre del general Carlo Alberto della Chiesa, víctima de la mafia en septiembre de 1982. Tras la llegada de los aliados a Puglia, fue estableció en Bari el Comando Reale dell'Arma dei Carabinieri de la Italia Liberada, mando confiado al subcomandante Giuseppe Pièrche, quien se convirtió en el nuevo Comandante Generale dell'Arma dei Carabinieri. Suyo fue el encargo al Coronel Marco Bianco de pronunciar el discurso radiofónico en el que se exhortaba a los soldados aún en los territorios ocupados a oponer una resistencia activa contra las tropas alemanas, sin por ello exponer a la población civil al riesgo de sangrientas y tristemente notorias represalias nazi-fascistas. En ese período oscuro, muchos Carabinieri se sacrificaron al martirio patriótico, como V.Brig. Salvo d'Acquisto, los Carabinieri de Fiesole Alberto La Rocca, Fulvio Sbarretti y Vittorio Marandola, sin olvidar los 12 Carabinieri abatidos en las Fosas Ardeatinas. 2 Javier Rodrigo, La Guerra fascista, Alianza Editorial,Madrid, 2016, pag.143-145 3 I Carabinieri Reali in Spagna, Generale G. Piéche, Rivista dei Carabinieri Reali” Nr. 4 lug-ago 1940 4 En 1844, bajo el reinado de Isabel II de España, se crea el Cuerpo de la Guardia Civil al que contribuyen los altos mandos de los Carabinieri Reali enviados desde Turín. En la redacción de la "Cartilla de la Guardia Civil", verdadero código moral deontológico del Cuerpo Militar, se encuentran numerosas similitudes con el Reglamento General de Carabinieri redactado en 1822. . 5 I Carabinieri Reali in Spagna, Generale G. Piéche, Rivista dei Carabinieri Reali” Nr. 4 lug-ago 1940 6 Datos facilitados por el Museo Storico dell’Arma dei Carabinieri - Roma 7 Carabinieri Reali in Spagna, Generale G. Piéche, Rivista dei Carabinieri Reali” Nr. 4 lug-ago 1940 * Las fotos de la 6^ Sezione CC Reali, del Magg. CC. De Biagio en Santander y de la Guardia Civil de Logroño con dedica al Col. G. Piéche han sido facilitados amablemente por el Museo dell’Arma dei Carabinieri de Roma.
Los Carabinieri Reali sobre los escombros de un bombardeo aéreo Los Carabinieri Reali caídos en España Foto de grupo de la Sección 6 de los Carabinieri Reali empleados por la OMS durante la Campaña de España Santander - El Comandante CC.RR. Roberto De Blasio se ofrece como prisionero temporal a las Milicias Republicanas para negociar la rendición de la ciudad al contingente italiano CTV Foto con dedicatoria al Coronel G. Pieche que representa a los Comandantes de la Guardia Civil de Logroño con los Carabinieri Reali El Gen. Roatta con los Carabinieri y Bersaglieri del CTV
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En octubre de 1936, tras el comienzo de la Guerra Civil Española, el gobierno de Mussolini encargó al General Mario Roatta, Jefe del SIM (Servicios de Información Militar) que creara un contingente militar de voluntarios. Roatta contó con la inestimable colaboración del Coronel de los Carabinieri Reali Giuseppe Pièche 1 , a la sazón encargado de la subordinada Sección III de "contraespionaje". La misión consistía en coordinar las ayudas a enviar a España a favor de la facción nacionalista insurgente, debiendo formar, de incógnito, un contingente de Tropas Voluntarias que sería inicialmente absorbido por la Legión Extranjera del ejército franquista. Este ficticio alistamiento en el Tercio Extranjero habría eludido los controles previstos por el "pacto de no intervención", suscrito por nada menos que 27 naciones, evitando así la atribución de una participación directa y oficial en el conflicto español. El primer contingente de Carabineri Reali, que no superó las 350 unidades (llegó a 500 tras la desastrosa batalla de Guadalajara 2 ), se organizó en tres Secciones diferentes y una Compañía, esta última a su vez dividida en Secciones para responder mejor a las necesidades de movilidad de las unidades del Corpo Truppe Volontarie, que mientras tanto había logrado su propia autonomía de mando y acción. Los Carabinieri Reali vestían en un principio un uniforme caqui español sobre el que destacaban las insignias del collar (alamari) plateadas y bordeadas de rojo, que indicaban claramente el Cuerpo al que pertenecían 3 . La población española confundió inicialmente a los Carabinieri italianos con los guardias aduaneros españoles llamados "Carabineros", que se mantuvieron fieles al anuncio contrario de los republicanos, mientras que la Guardia Civil, muy similar en organización y funciones a la italiana Arma dei Carabinieri 4 , se alineó casi en su totalidad con del lado de los insurgentes nacionalistas. De hecho, las dos Beneméritas compartían el mismo sentido de la disciplina y la lealtad y además contaban con una amplia presencia en la zona que les permitía integrarse plenamente a la población con la que compartían día a día la vida social y económica. Esta semejanza de tareas institucionales generó una gran confianza entre los Carabinieri Reali y la Guardia Civil, que siempre se mostraron atentas a acoger a los compañeros italianos en sus cuarteles, correspondientes a las " Stazioni dell’Arma " en Italia. En la retaguardia no era raro observar como en muchas ocasiones la Guardia Civil recibía órdenes directamente de las Secciones de los CC.RR. instalados en las Divisiones de la CTV, cooperando "codo con codo" en los delicados y fatigosos " Servicios del Instituto ". ILas tareas principales de los Carabinieri Reali, además de las de la Policía Militar, eran escoltar los convoyes de material para la CTV por las malas vías del tren y por las accidentadas carreteras del vasto territorio español. La red de carreteras en España era muy mala y en las escasas vías arteriales debían circular con rapidez tanto los vehículos de la Sanidad Militar, para el transporte urgente de los numerosos heridos, como las columnas militares para el transporte de tropas y material bélico. Por lo tanto, la tarea de seguridad vial asignada al Arma dei Carabinieri Reali se convirtió en una de las más importantes, especialmente durante las batallas, donde el frenesí y la falta de comunicación a veces ponían en tela de juicio el resultado mismo de las maniobras. Cuando la artillería y la aviación republicanas apuntaban a las tropas italianas, el nerviosismo y el pánico podían jugarles una mala pasada: acelerar, con la esperanza de que la velocidad esquivara algunas granadas, condujo en cambio a obtener el efecto contrario. Bajo los bombardeos era habitual ver a los Carabinieri Reali que, con su firme determinación, realizaban impertérritos controles y barreras en los cruces de caminos para señalar peligro o indicar desvíos de huida. Se dice que a veces el colega que iba a hacer sus necesidades encontraba a su compañero herido de muerte por las astillas de las granadas en el acto. El periodista Luigi Barzini, corresponsal de guerra en 1938, contaba: " En lugares solitarios, cerca del frente donde uno nunca estaba seguro de haber tomado el camino correcto y no haber llegado a territorio enemigo, la vista de un Carabinieri en guardia, quieto y solo, fue un gran consuelo.” "el Carabinieri es protección, asistencia, orden, consejo, ejemplo, casi siempre solo, suficiente e indispensable". "En las trincheras, en los accesos a las posiciones, a los mandos, a lo largo de los caminos, hasta las bases, en todas partes, había una escasa puntuación de Carabinieri inmóviles y listos, colocados para interceptar o facilitar el paso". “La especialidad de los Carabinieri es nunca mostrarse sorprendido por nada. Si el mundo colapsara, continuaría disciplinando el pánico de la humanidad" . No dejaron de contarse los hechos de heroísmo, ni tampoco los caídos y heridos que fueron 9 muertos y 33 enfermos para los Carabinieri. En la Campaña de España se concedieron 9 medallas de plata al valor militar, 33 medallas de bronce, 136 cruces al valor militar y hasta 32 ascensos al mérito de guerra. Durante el bombardeo republicano de Soncillo, cerca de Santander, en agosto de 1938, una patrulla de miltares del Arma, integrada por los Carabinieri Bonifacino Carlo y Proietti Beniamino, se detuvo en la plaza tachonada de balas para sortear el movimiento de las columnas de camiones. cuando de repente una granada explotó frente a ellos: Bonifacino cayó en un charco de sangre con la cabeza destrozada por una astilla, mientras que Proietti resultó gravemente herido en una pierna y murió pocos días después en el hospital. Su cuerpo yace ahora en el Memorial Militar Italiano en Zaragoza. 5 Algunos murieron en accidentes de tráfico en servicio, durante innumerables escoltas realizadas a menudo en condiciones de conducción imposibles. Hay que recordar, además de los dos militares mencionados, los otros 7 Carabinieri Reali caídos también en la Campaña Española: Carabiniere Grasselli Giuseppe que murió el 17 de mayo de 1937 en Burgos (Castilla y León) a causa de las heridas provocadas en un accidente de coche , Carabiniere Giallara Salvatore, muerto en Vitoria (País Vasco) por un disparo accidental de un c o m p a ñ e r o , C a r a b i n i e r e S i l v e s t r i n i Giuseppe, muerto el 6 de agosto de 1937 en Q u i n t a n i l l a s (Cantabria) tras ser atropellado durante una escolta por un camión militar, Carabiniereo Briatore Pietro , muerto el 19 de marzo de 1938 en Alcañiz (Aragona) por heridas de metralla de granada, Carabiniere Simonazzi Demos muerto en Alcañiz (Aragona) el 14 de abril de 1938 al ser alcanzado por la explosión de una granada, Carabiniere Giannini Vittorio muerto en combate en Aldover ( Cataluña), Carabiniere De Felice Donato, que murió en Granyena (Cataluña) el 28 de diciembre de 1938. 6 Incluso en el frente, los Carabinieri Reali se distinguieron en la batalla, encontrándose a menudo junto a las tropas de la CTV en combate y descritas en acciones militares heroicas. Se hizo un gran esfuerzo en la gestión de los prisioneros de guerra, que, como en el caso de la ocupación de Santander, la inesperada rendición masiva de 25.000 soldados republicanos habría causado varios problemas graves a la CTV no preparada para tal eventualidad. No había campos de concentración y el agua no llegaba por el sabotaje de las cañerías. Escaseaba el alimento seco para alimentar a tanta multitud de personas y aparecían los primeros problemas de salud, sobre todo en los heridos que no habían sido tratados adecuadamente. Pero gracias a una pequeña guarnición formada por 4 oficiales y una treintena de Carabinieri, todos los prisioneros fueron desarmados y clasificados en campamentos temporales confiados a la supervisión armada de la milicia. El quinto día se restauraron las tuberías de agua, lo que permitió servir una comida caliente a todos los soldados rendidos. Inmediatamente después se completó un pequeño hospital de campaña para el tratamiento de los heridos y al décimo día las tropas regulares del ejército español de Franco recibieron el milagro organizativo realizado por el Arma en pocos días. 7 La presencia de la Benemerita italiana también fue importante en los territorios conquistados por las tropas italianas, evitando que muchas muertes inútiles ocurrieran solo por venganza o represión política; aunque entonces, una vez entregadas las ciudades al ejército nacionalista, no se pudieron evitar tantas masacres injustificadas y fusilamientos sumarios por parte de los tribunales militares de ocupación. Al finalizar el conflicto con la rendición de Madrid el 31 de marzo de 1939, el contingente italiano de la CTV junto con los soldados de los Carabinieri Reali fueron repatriados desde los territorios españoles. Muchos de ellos también recibieron condecoraciones militares del Gobierno de la Nueva España, pero el destino cambia su rumbo como el viento y los italianos, a partir de 1943, relataron sus batallas en su patria como "perdedores" y ya no como vencedores, como se autoproclamaba Franco gracias a la misma ayuda internacional de Italia y Alemania. Aún hoy, a pesar de que España ha avanzado y es un país democrático de la Unión Europea, es difícil recordar aquellos hechos desde un punto de vista histórico, mostrando una falsa vergüenza en reconocer la verdad. Cuánto vale, sobre todo para las generaciones venideras, no reconocer que lamentablemente todos los caídos de aquel conflicto fratricida lucharon ciegamente por su propio ideal diferente, pero necesario para formar una misma Patria. Una Patria que, roja, blanca o negra, ha perdido demasiados hijos a los que hoy debemos una conciencia y una honestidad capaces de garantizar el respeto democrático a las ideas ajenas y en las reglas de la justa convivencia de los pueblos. 80 años después de aquel conflicto civil, no quedan muchos combatientes con vida y las cruentas experiencias ya no son narradas por los testigos de aquellos trágicos momentos. En el Santuario Militar Italiano de Zaragoza donde están recogidos y enterrados los caídos de la Guerra de España, incluidos los del bando republicano, antes venía mucha gente que quería recordar, mientras ahora por fin aparece gente preguntando por saber, por saber esa verdad, única gran “víctima” de aquella Guerra Civil. Hoy conocer para nosotros significa "no olvidar", o más bien aceptar que en la diversidad de ideas se puede y se debe encontrar la solución a cualquier conflicto. Descansen en paz todos nuestros italianos caídos en la tierra de España, que ahora se encuentran unidos y hermanos ante la presencia del Padre, Señor en los Cielos. Articulo del Alfz. Pil. Carabinieri cpl (r) Giuseppe Coviello Presidente de la Sección en el Extranjero de UNUCI en España _________________________________________________ 1 El General Giuseppe Piéche fue el primer Comandante General de los Carabinieri después de la era fascista. Inmediatamente después del anuncio del armisticio del 8 de septiembre de 1943 y la proclamación del Reino del Sur, el gobierno provisional italiano de Badoglio y la Familia Real desembarcaron en Brindisi en los territorios del sur libres de las fuerzas nazifascistas. El 12 de septiembre se creó el Mando de los Carabinieri Reali del Sur de Italia bajo las órdenes del coronel Romano Dalla Chiesa, padre del general Carlo Alberto della Chiesa, víctima de la mafia en septiembre de 1982. Tras la llegada de los aliados a Puglia, fue estableció en Bari el Comando Reale dell'Arma dei Carabinieri de la Italia Liberada, mando confiado al subcomandante Giuseppe Pièrche, quien se convirtió en el nuevo Comandante Generale dell'Arma dei Carabinieri. Suyo fue el encargo al Coronel Marco Bianco de pronunciar el discurso radiofónico en el que se exhortaba a los soldados aún en los territorios ocupados a oponer una resistencia activa contra las tropas alemanas, sin por ello exponer a la población civil al riesgo de sangrientas y tristemente notorias represalias nazi-fascistas. En ese período oscuro, muchos Carabinieri se sacrificaron al martirio patriótico, como V.Brig. Salvo d'Acquisto, los Carabinieri de Fiesole Alberto La Rocca, Fulvio Sbarretti y Vittorio Marandola, sin olvidar los 12 Carabinieri abatidos en las Fosas Ardeatinas. 2 Javier Rodrigo, La Guerra fascista, Alianza Editorial,Madrid, 2016, pag.143-145 3 I Carabinieri Reali in Spagna, Generale G. Piéche, Rivista dei Carabinieri Reali” Nr. 4 lug-ago 1940 4 En 1844, bajo el reinado de Isabel II de España, se crea el Cuerpo de la Guardia Civil al que contribuyen los altos mandos de los Carabinieri Reali enviados desde Turín. En la redacción de la "Cartilla de la Guardia Civil", verdadero código moral deontológico del Cuerpo Militar, se encuentran numerosas similitudes con el Reglamento General de Carabinieri redactado en 1822. . 5 I Carabinieri Reali in Spagna, Generale G. Piéche, Rivista dei Carabinieri Reali” Nr. 4 lug-ago 1940 6 Datos facilitados por el Museo Storico dell’Arma dei Carabinieri - Roma 7 Carabinieri Reali in Spagna, Generale G. Piéche, Rivista dei Carabinieri Reali” Nr. 4 lug-ago 1940 * Las fotos de la 6^ Sezione CC Reali, del Magg. CC. De Biagio en Santander y de la Guardia Civil de Logroño con dedica al Col. G. Piéche han sido facilitados amablemente por el Museo dell’Arma dei Carabinieri de Roma.
Los Carabinieri Reali sobre los escombros de un bombardeo aéreo Los Carabinieri Reali caídos en España Foto de grupo de la Sección 6 de los Carabinieri Reali empleados por la OMS durante la Campaña de España Santander - El Comandante CC.RR. Roberto De Blasio se ofrece como prisionero temporal a las Milicias Republicanas para negociar la rendición de la ciudad al contingente italiano CTV Foto con dedicatoria al Coronel G. Pieche que representa a los Comandantes de la Guardia Civil de Logroño con los Carabinieri Reali Il Gen. Roatta con Carabinieri e Bersaglieri del CTV