La Guerra Civil en España (1936-39) - Pagina 2
UNIONE NAZIONALE UFFICIALI in CONGEDO d’ITALIA ( Union Nacional Oficiales Retirados de Italia ) - Sección Extranjera en ESPAÑA
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El Agente Consular en Málaga, Cav. Tranquillo Bianchi.
En
este
clima
de
atrocidades
y
terror,
un
personaje
providencial,
el
agente
consular
italiano
Tranquillo
Bianchi,
montó
una
pequeña
"Schienderlist"
enteramente
italiana
que
funcionó
tanto
con
Málaga
en
manos
del
"Frente
Popular",
como
cuando
las
tropas
nacionalistas
tomaron
entrega
de
la
ciudad
después
del
8
de
febrero de 1936.
Durante
la
época
republicana,
el
agente
consular
Bianchi
ocultó
al
obispo
de
Málaga
con
el
párroco
de
San
Juan
en
su
propio
Consulado.
Llamada
por
radio
a
un
barco
mercante
italiano
(
Silvia
Ticovit)
,
en
la
madrugada
del
20
de
septiembre
de
1936,
hizo
transportar
en
secreto
al
alto
prelado
a
Tánger
acompañado
por
monseñor
de
San
Juan
y
otros
fieles
9
(entre
ellos
familiares
del
general
Queipo
de
Llano),
evitando
así
su
incautación
y
deportación
por
bandas
armadas
republicanas
18
.
Incluso
después
de
la
rendición
de
Málaga,
durante
las
salvajes
operaciones
de
"
limpieza"
realizadas
por
los
nacionales,
gracias
a
su
conocimiento
personal
y
fortalecido
por
la
gratitud
ganada
con
la
fuga
del
obispo,
logró
interceder
ante
las
autoridades
militares
y
salvar
a
cientos
de
habitantes
detenidos
de
Málaga
y
condenados a muerte por los tribunales militares de ocupación.
El
siguiente
Informe
Secreto
del
Cónsul
de
Sevilla
Conti
dirigido
al
Ministro
de
Asuntos
Exteriores
Ciano,
del
que
se
transcribe
un
extracto,
describe
con
detalle
la
heroica
conducta
del
Agente
Consular
Cav.
Tranquillo
Bianchi
a
favor
de
la
población
oprimida:
«
…
continúa
en
Málaga
la
represión
a
elementos
comunistas,
ejecutada
en
gran
escala
y
con
indiscutible
dureza
por
parte
del
gobierno
nacional.
Se
basa
en
medidas
sustancialmente
sumarias,
más
por
el
sistema
expedito
con
que
se
ejecutan
que
por
el
procedimiento,
al
que
la
justicia
militar
se
esfuerza
por
conservar
cierta
forma
externa.
Los
acusados
son
en
su
gran
mayoría
comunistas
activos
~hombres
y
mujeres~
que
no
pudieron
salir
de
la
ciudad
antes
de
que
fuera
ocupada
por
las
tropas
nacionales
y
que
tienen
que
responder
por
delitos
en
su
mayoría
muy
graves;
hay
sin
embargo,
entre
de
éstos,
elementos
grises
que
bajo
la
amenaza
del
terror
se
han
dejado
imponer
y
absorber
pasivamente
por
el
comunismo
imperante.
..omisis….
La
pena
de
muerte
se
impone
no
solo
por
asesinato
y
violencia,
sino
también
por
actos
de
sabotaje
y
devastación.
Particularmente
severa
es
la
represión
contra
los
Guardias
Civiles
y
los
Carabineros
(correspondientes
a
nuestra
Guardia
di
Finanza)
que
habían
ofrecido
sus
servicios
al
régimen
rojo…
omissis….
En
conjunto,
desde
la
ocupación
de
Málaga
hasta
hoy
ascenderían
los
fusilamientos,
según
las
cifras
facilitadas
por
el
cav.
Bianchi,
a
más
de
tres
mil.
La
actuación
de
este
agente
consular
para
conseguir
la
suspensión
de
las
ejecuciones
absorbe
la
casi
totalidad
de
su
actividad
diaria.
Pude
ver
visualmente
la
lamentable
escena
que
se
desarrolla
todos
los
días
frente
a
la
puerta
del
hotel
donde
vive:
una
multitud
de
familiares,
mujeres,
sacerdotes
se
acercan
a
él
para
interceder
por
los
condenados
a
ser
fusilados
esa
misma
noche
o
al
día
siguiente.
La
intervención
de
Bianchi
tiene
un
carácter
más
personal
y
privado
y
se
basa
en
el
indiscutible
prestigio
del
que
goza
en
los
círculos
locales
de
Falange,
entre
los
funcionarios
subalternos
de
las
administraciones
locales
y
sobre
todo
entre
la
población
malagueña
que
no
ve
mucho
en
el
un
representante
consular
del
gobierno
italiano,
así como, y sobre todo, uno de los primeros "squadristi" del movimiento nacional en Málaga.
Lleno
de
coraje,
generoso,
desconsiderado,
muy
sentimental,
teatral,
Bianchi
tiene
muchos
actos
para
complacer
a
los
españoles
del
Sur.En
esta
manera
actua
Tranquillo
Bianchi
que
tiene
entrada
libre
en
todas
las
cárceles
de
Málaga:
él
va
a
las
secciones
de
condenados
a
muerte
con
una
lista
de
nombres
proporcionada
por
sus
numerosos
solicitantes
y,
a
menudo,
una
breve
conversación
con
el
subdirector
de
turno
es
suficiente
para
obtener
la
suspensión
provisional
de
la
ejecución.
En
la
noche
del
6
de
este
año,
por
ejemplo,
habiendo
sido
fusilado
cinco
minutos
antes
uno
de
sus
protegidos
~para
quien
ya
había
obtenido
una
sentencia
condicional~,
Bianchi
pudo
obtener
a
cambio
la
vida
de
otros
dos
comunistas,
elegidos
al
azar,
que
ya
estaban
literalmente
frente
al
pelotón
de
fusilamiento.
Para
esta
última
«variación»
bastaba
el
consentimiento
del
propio
jefe
de
pelotón.
Al
día
siguiente,
los
hechos
son
comunicernos
que
informan
a
sus
superiores
a
través
de
la
lenta
y
todavía
desordenada
burocracia judicial, mientras los condenados se trasladan a otra prisión, perpetuando efectivamente su situación un tanto incierta de “suspensión provisional” de ejecución.
Como
entiende
Vuestra
Excelencia,
esta
actuación
de
Bianchi
no
cuenta
tanto
con
la
adhesión
de
altas
personalidades
oficiales,
que
muy
poco
demostrarían
que
aprecian
esta
intervención
directa
en
el
ejercicio
de
sus
poderes,
sino
que
por
el
contrario
actúa
de
abajo
hacia
arriba,
penetrando
entre
las
mallas
y
agarrando
los
agujeros
de
este
singularísimo
sistema
de
administración
de
justicia,
ahora
trágicamente
y
ahora
bondadosamente
aproximado.
Lo
cierto
es
que
en
este
ambiente
de
revolución
se
reduce
al
mínimo el valor ético de la vida humana, de modo que incluso los asuntos graves en los que está en juego son tratados como asuntos ordinarios.
Bianchi
afirma
que
de
tres
mil
condenados
a
muerte
logró
suspender
la
ejecución
a
favor
de
más
de
cuatrocientos,
lo
que
representaría
un
éxito
verdaderamente
notable.
Actúa
principalmente
bajo
el
impulso
de
su
sincera
emoción
sentimental
y
la
ambición
de
aumentar
su
popularidad.
Sin
embargo,
sería
deseable
-en
este
sentido
le
di
instrucciones
precisas-
que
estas
intervenciones
suyas
fueran
más
escrupulosamente
escrutadas
para
evitar
que
caigan
a
favor
de
elementos
demasiado
seriamente
disgustados
por
las
autoridades
gubernamentales,
o
que
en
todo
caso
no
merece
la
protección
fascista.
También
le
aconsejé
ser
más
reservado
y
abstenerse
de
expresar
públicamente,
con
exuberante
sinceridad,
juicios
que
ofendieran
la
susceptibilidad
de
los
elementos
de
gobierno,
pudieran
debilitar
su
posición
y
limitar
sus
posibilidades
de
movimiento.
Es
una
lástima,
en
efecto,
que
por
semejante
imprudencia
haya
comprometido
algo
su
influencia
(en
otro
tiempo
tan
notable
por
estar
ligada
a
motivos
de
gratitud
personal)
con
el
general
Queipo
de
Llano.
El
cav.
Bianchi,
en
un
telegrama
enviado
directamente
a
Vuestra
Excelencia,
menciona
un
posible
peligro
de
graves
complicaciones políticas tras la excesiva dureza de la represión y denuncia que, a su juicio, la responsabilidad moral del gobierno fascista... omissis...
En
cuanto...
a
la
supuesta
corresponsabilidad
del
gobierno
fascista
en
la
represión,
hay
que
señalar
que
en
Málaga,
donde,
entre
otras
cosas,
actualmente
sólo
hay
ocho
voluntarios
italianos,
la
opinión
pública
sabe
muy
bien
que
el
Gobierno
Real
se
abstuvo
de
intervenir
oficialmente
en
este
campo
para
evitar
cambios
de
autoridad,
y
que,
si
hubo una intervención puramente extraoficial y amistosa a través del trabajo personal de Bianchi, esto tuvo como objetivo limitar los excesos y aconsejar moderación.
En
definitiva,
tengo
la
impresión
de
que
la
represión,
indiscutiblemente
necesaria
en
profundidad,
ha
sido
tal
vez
excesiva.
Una
vez
destruidos
todos
los
núcleos
del
movimiento
subversivo,
creo
que
todavía
se
salvaría
la
España
Nacional
si
en
Málaga
fueran
fusilados
unos
cientos
de
comunistas
menos,
que
mañana,
bajo
un
gobierno
fuerte y comprensivo, podrían ser reabsorbidos paulatinamente…..»
19
.
Españoles e Italianos
Franco
temió
inicialmente
ver
mermado
su
prestigio
militar
y
se
quejó
a
Mussolini
de
la
conspicua
presencia
de
las
milicias
italianas,
reiterando
que
su
petición
de
ayuda
se
limitaba
únicamente
al
envío
de
aviones,
medios
de
transporte,
armas
y
municiones.
El
propio
Franco
se
habría
quejado
de
haber
encontrado
un
ejército
extranjero
en
su
propio
territorio,
del
que
con
gusto
habría
prescindido.
Tras
el
éxito
de
Málaga,
el
futuro
Caudillo
tuvo
que
cambiar
de
opinión,
también
porque
la
presencia
de
las
tropas
de
la
CTV
estaba
íntimamente
ligada
a
la
donación
de
medios
aéreos
y
navales
concedida
por
la
Italia
fascista,
que
en
la
primavera
de
1937
habría
enviado
a
más
de
35.000
hombres
bien
equipados
con
un
grupo
de
Artillería
de
varios
calibres
y
una
unidad
de
Ingenieros.
El
Ejército
del
Aire
italiano
ya
contaba
con
14
bombarderos,
27
cazas
y
21
aviones
de
reconocimiento
con
base
en
los
aeropuertos
con
campos
de
aterrizaje
de
tierra
de
Soria
y
de
Almazàn
20
.
El
ejército
nacionalista
español
no
siempre
dio
la
bienvenida
a
la
presencia
masiva
de
italianos,
a
veces
vistos
como
un
ejército
fascista
que
ocupaba
territorio
español.
Su
afán
por
obtener
una
victoria
relámpago
para
sumar
triunfos
y
laureles
al
Duce,
llevó
al
error
de
juicio
tanto
del
ejército
republicano
como
del
franquista.
Además,
por
parte
italiana
no
hubo
una
visión
coherente
de
la
situación
real
española,
sin
tener
en
cuenta
la
particular
geografía
y
el
clima
ibérico:
la
subestimación
eufórica
de
las
capacidades
bélicas
del
enemigo
fue
un
grave
error
que
los
italianos
pagarán
muy
caro
en
la
campos
de
batalla
para
la
presuntuosa
conquista
de
Madrid.
Las
constantes
disputas
con
el
Estado
Mayor
español
para
imponer
sus
planes
militares,
el
deseo
de
ser
independientes
y
autónomos
con
sus
unidades
de
ataque
para
poder
presumir
de
triunfos
propios
para
dedicarlos
al
Duce
y
a
la
Italia
fascista,
instauraron
una
actitud
de
desconfianza
y
molestia
entre
las
altas
jerarquías
militares
nacionalistas
españolas.
A
nivel
popular,
los
soldados
italianos
fueron
objeto
de
burlas
por
sus
uniformes
impecables
y
elegantes
por
parte
de
los
camaradas
españoles
a
los
que
llamaron
"señoritos
de
paseo
en
suelo
español".
Los
soldados
fascistas
eran
continuamente
objeto
de
burlas
por
sus
"plumas",
por
sus
llamativos
uniformes
que
vestían
con
ese
aire
suntuoso
de
los
conquistadores
y
por
rociarse
constantemente
con
colonia.
Los
compañeros
españoles,
envidiosos
de
su
elegante
porte,
se
preguntaban:
"¿Pero
dónde
se
ha
visto
un
soldado
con
perfume?".
Las
condiciones
de
los
militares
españoles,
tanto
nacionalistas
como
republicanos,
eran
muy
malas
y
no
era
raro
encontrarse
con
ellos
medio
descalzos
o
con
las
suelas
de
los
zapatos
hechas
con
cubiertas
de
neumáticos
de
camiones
y
recortadas
como
zapatillas
por
los
enormes
y
vetustos
cascos
militares,
sosteniendo
enormes
y
antiguos
mosquetes.
Todo
esto
chocaba
con
la
impecabilidad
de
la
indumentaria
de
los
italianos,
así
como
de
sus
columnas
motorizadas
y
modernos
equipos
que
los
hacían
destacar
frente
al
atraso
y
mal
estado
del
ejército
nacionalista.
A
pesar
de
los
rumores
goliárdicos,
para
muchos
españoles
los
italianos
eran
considerados
como
personas
muy
educadas,
correctas
e
impecables
en
su
trato
y
comportamiento
con
los
habitantes
de
las
zonas
que
atravesaban,
alcanzando
altos
niveles
de
confraternización
con
la
población
civil.
Con
las
mujeres
eran
presuntuosos
y
altivos
y
hubo
numerosos
casos
de
corazones
rotos
a
los
que
siguieron
embarazos
de
mujeres
solteras,
cuyo
único
defecto
fue
haber
creído
en
las
fáciles
promesas
de
estos
encantadores
italianos.
Hay
que
decir,
sin
embargo,
que
muchos
de
ellos
cumplieron
su
palabra
y
al
final
de
la
guerra
se
quedaron
en
España
para
criar
a
su
propia
familia
y
encontrar
un
trabajo
honesto:
prueba
de
ello
son
los
apellidos
italianos
que
se
pueden
encontrar
en
la
península
ibérica
y
que
proceden
de
aquellos
matrimonios
mixtos
que
supieron
transmitir
a
sus
hijos
y
nietos
los
recuerdos
de
las
proezas
militares
en
España
y
su
vínculo
con
la
lejana
Italia.
Lamentablemente
también
hubo
actos
de
maltrato,
acoso
y
vandalismo
entre
la
población,
en
su
mayoría por la presencia entre las filas de los fascistas de muchos exconvictos y personas sin escrúpulos.
21
.
El contrabando de ayuda italiana a la causa republicana española
Un
aspecto
controvertido
de
la
política
italiana
en
el
período
del
conflicto
español
fue
la
tolerancia
interesada
del
gobierno
fascista
del
comercio
de
bienes
y
productos
italianos
con
el
lado
republicano.
Este
tráfico
de
material
no
existía
oficialmente,
pero
eso
no
significaba
que
no
ocurriera
con
cierta
regularidad.
El
contrabando
de
materias
primas
para
la
industria,
elementos
y
repuestos
para
la
industria
bélica,
harina,
azúcar,
representó
una
fuente
de
ingresos
para
la
pequeña
y
media
clase
muy
ligada
al
fascismo
y
a
la
idea
de
hegemonía
militar,
pero
también
económica,
sobre
el
toda
la
zona
mediterránea
considerada
como
una
zona
más
o
menos
exclusiva.
Se
justificó
que
el
envío
de
barcos
mercantes
a
puertos
republicanos,
además
de
poder
adquirir
información
sobre
la
organización
de
la
guerra,
también
servía
como
vía
de
escape
por
mar
para
los
refugiados
que
escapaban
de
la
represión
republicana,
protegidos
por
la
Marina
Real Italiana.
Sin
embargo,
es
cierto
que
la
mayor
parte
de
este
comercio
clandestino
se
realizaba
a
través
de
Francia,
utilizando
los
puertos
franceses
de
Marsella
o
las
rutas
de
conexión
a
través
de
los
Pirineos.
El
carácter
no
oficial
de
este
contrabando
"asistido"
se
confirma
en
notas
e
instrucciones
del
Ministerio
de
Comunicaciones
en
las
que
se
aconsejaba
a
los
barcos
italianos
que
potencialmente
comerciaran
con
la
República
de
España
que
evitaran
el
puerto
marítimo
de
Marsella
donde
se
realizaban controles con mayor frecuencia y atención.
22
La desastrosa batalla de Guadalajara
En
marzo
de
1937,
las
tropas
nacionalistas
franquistas
se
centraron
en
la
conquista
de
la
capital
y
decidieron
hacerlo
por
el
norte
por
la
ruta
Madrid-Zaragoza,
encomendando
el
sector
nororiental
de
Guadaljara
a
las
tropas
de
la
CTV.
El
comandante
en
jefe
de
las
fuerzas
italianas
fue
el
general
Mario
Roatta,
mientras
que
el
general
Bergonzoli
recibió
el
mando
de
las
tropas
empleadas
en
la
operación
con
un
total
de
más
de
35.000
hombres
(compuestos
en
su
mayoría
por
milicianos
fascistas),
4
escuadrones
de
tanques
ligeros
de
combate
Fiat
Ansaldo.
,
160
cañones
de
artillería,
1500
camiones
y
4
bandadas
de
cazas
Fiat
CR32
para
un
total
de
80
aviones
desplegados
en
los
aeropuertos
de
Soria
y
de
Amazàn
23
.
Para
los
generales
italianos
esta
hubiera
sido
una
oportunidad
ineludible
de
demostrar
a
los
anticuados
generales
españoles
cómo
las
nuevas
tácticas
de
guerra
rápida,
combinadas
con
el
valor
de
las
milicias
fascistas,
podían
obtener
una
victoria
rápida,
fácil
y
segura,
como
la
de
Málaga.
La
audaz
seguridad
del
Estado
Mayor
italiano
se
basó
en
análisis
y
valoraciones
erróneos
tomadas
de
las
batallas
de
Málaga,
donde
el
enemigo
abandonó
el
territorio
sin
entablar
una
verdadera
batalla
en
campo
abierto.
Además,
la
impaciencia
de
querer
finalmente
demostrar
el
valor
y
el
poder
de
impacto
de
los
propios
Departamentos
(en
realidad
carentes
de
oficiales
profesionales
y
personal
militar
adecuadamente
capacitados)
no
le
dio
a
los
servicios
de
inteligencia
italianos
la
posibilidad
de
obtener
la
información
correcta
sobre
el
potencial
de
guerra
del
enemigo
que
ya
contaba
con
el
apoyo
de
las
Brigadas
Internacional
y
Mixta
(incluida
la
Brigada
Garibaldi
formada
por
voluntarios
antifascistas
italianos)
y
una
eficiente
fuerza
aérea
republicana
equipada
con
aviones
de
guerra
rusos.
Las
malas
condiciones
meteorológicas
de
aquel
inicio
de
marzo
penalizaron
aún
más
a
las
tropas
de
la
CTV,
que
todavía
vestían
uniformes
de
lona
inadecuados
para
el
clima
invernal
de
la
sierra
ibérica.
El
día
anterior
a
la
batalla,
el
7
de
marzo,
el
clima
fue
descrito
como
malo,
con
nieve,
lluvia
y
fuertes
vientos.
Durante
días,
las
tropas
se
habían
quejado
de
que
no
recibían
comida
caliente.
Muchas
unidades
habían
pasado
varios
días
inmovilizadas
en
sus
vehículos
al
costado
de
la
carretera
intransitable
sin
guantes
de
lana
ni
pasamontañas.
En
la
mañana
del
8
de
marzo
de
1936,
la
artillería
italiana
inició
la
lucha
con
el
martilleo
de
las
posiciones
republicanas.
La
aviación
italiana
no
pudo
ser
utilizada
por
la
impracticabilidad
de
las
pistas
de
tierra,
lo
que
no
ocurrió
con
la
republicana,
desplegada
en
aeropuertos
mejor
equipados
desde
donde
despegaba
sin
dificultad,
convirtiéndose
en
una
"as
en
la
manga"
para
el
ejército
lealista.
Cuando
la
histeria
de
la
"Guerra
Rápida"
se
manifestó
con
las
órdenes
de
lanzar
vehículos
blindados
contra
posiciones
enemigas,
la
CTV
se
mantuvo
distanciada
de
las
tropas
españolas
que
debían
enfrentarse
a
una
niebla
gélida
con
una
visibilidad
de
unos
cien
metros
en
la
única
vía
de
avance,
entre
baches
y
baches
en
el
camino
y
campos
adyacentes
llenos
de
barro
y
nieve
que
eran
difíciles
de
cruzar
incluso
a
pie.
A
pesar
de
las
dificultades
del
momento,
el
frente
nacionalista
avanzó
unos
10
kilómetros.
Las
fuerzas
republicanas
demostraron
una
coordinación
eficiente
y
lograron
el
12
de
marzo
bloquear
el
rápido
avance
fascista
sometiéndolo
a
condiciones
de
combate
extremadamente
duras.
Las
comunicaciones
entre
el
cuartel
general
distante
a
80
km
del
área
de
operación,
se
vieron
comprometidas
y
retrasaron
las
órdenes
de
combate,
a
veces
mal
entendidas.
Fue
un
caos
total
que
duró
hasta
el
día
18
cuando
Roata
ordenó
a
Bergonzoli
que
diera
la
orden
de
retirada.
Fue
un
caos
total:
los
primeros
medios
de
avance
tuvieron
que
revertir
su
marcha
encontrándose
bloqueados
y
atrapados
por
las
columnas
detrás
de
las
cuales
en
cambio
continuaron
avanzando.
Los
aviones
rusos
comenzaron
a
apuntar
a
las
columnas
italianas
en
dificultades
de
movimiento
y
a
ametrallar
a
los
soldados
que
no
encontraban
refugio
en
las
desoladas
extensiones
de
la
meseta.
Al
término
de
la
batalla
las
cifras
oficiales
hablaban
de
340
soldados
y
37
oficiales
muertos
en
combate,
unos
2000
heridos
y
600
desaparecidos,
mientras
que entre las tropas nacionalistas españolas no hubo bajas.
Con
la
derrota,
surgieron
serias
dudas
sobre
la
eficacia
de
la
CTV
y
las
explicaciones
dadas
iban
desde
la
renuencia
a
entrar
en
batalla
de
numerosos
"hombres
de
familia"
canosos
que
se
alistaban
por
el
atractivo
salario,
hasta
jóvenes
voluntarios
sin
experiencia
y
sin
formación
en
combate,
a
la
ineptitud
de
numerosos
oficiales
subalternos
que
recibieron
sus
rangos
en
base
a
sus
experiencias
políticas
y
laborales
anteriores
e
inútiles.
También
hay
que
decir
que
gracias
a
las
difíciles
condiciones
ambientales
en
las
que
se
encontraba
la
CTV
en
Guadalajara,
muchos
voluntarios
que
llegaban
a
España,
engañados
o
no,
para
trabajar
como
colonos,
quedaron
exentos
de
la
batalla,
acusados
de
enfermedades
crónicas
que
curiosamente
en
el
momento
del
alistamiento
no
fueron
declarados.
Los
episodios de autolesiones para obtener una discapacidad de combate no eran infrecuentes.
La
batalla
de
Guadalajara
marcó
un
paso
importante
para
la
intervención
fascista
en
España
y
fue
el
lugar
donde
los
italianos
de
las
dos
bandos
opuestos
se
enfrentaron
directamente
en
los
campos
de
batalla,
con
el
famoso
episodio
en
el
que
unas
tropas
fascistas,
al
oírles
hablar
en
italiano,
confundieron
una
patrulla
de
reconocimiento
de
la
Brigada
Garibaldi
con
soldados
de
la
División
"Littorio".
En
una
emboscada,
las
milicias
fascistas
se
atrincheraron
en
el
caserío
Ibarra
donde
Luigi
Longo
(futuro
senador
del
PCI)
con
megáfonos
exhortó
a
sus
compatriotas
a
rendirse
con
las
siguientes
palabras:
“Hermanos,
¿por
qué
vinisteis
a
tierra
extranjera
a
asesinar
trabajadores?
"
.
A
pesar
de
las
invitaciones
de
los
compatriotas
de
Garibaldi,
los
fascistas
no
se
rindieron y fueron asesinados en una amarga y dura lucha entre hombres que lucharon en vano por diferentes ideales, pero por una misma Patria.
Se
dice
que
tras
la
derrota
italiana,
muchos
miembros
del
Estado
Mayor
de
Franco
brindaron
por
la
victoria
republicana,
ya
que
habían
demostrado
"que
los
españoles,
aunque
fueran
republicanos,
siempre
podían
ganar
a
los
italianos".
Estos
hechos
facilitaron
la
supremacía
política
de
un
Franco
ambicioso
que
pensó
más
en
su
satisfacción
personal
y
antepuso
sus
objetivos
personales
a
los
estratégicos
nacionales,
pudiendo
planificar
mejor
una
batalla
perfectamente
coordinada con las ingentes tropas de la CTV y acabando así con la guerra civil cuanto antes con la conquista de Madrid
24
.
Si
bien
las
pérdidas
en
términos
de
vidas
humanas
y
material
bélico
dejado
en
el
campo
fueron
enormes,
a
nivel
militar
la
tenaz
y
victoriosa
resistencia
de
los
republicanos
no
cambió
la
situación
entre
los
dos
campos.
Una
vez
que
llegaron
a
Roma
las
noticias
y
las
valoraciones
de
la
humillante
derrota
de
Guadalajara,
las
nuevas
órdenes
no
tardaron
en
ser
emitidos.
El
general
Roatta
y
los
comandantes
de
División
fueron
destituidos
y
repatriados.
El
15
de
abril,
el
General
Bastico
fue
nombrado
Jefe
de
la
CTV
y
se
le
unieron
hasta
ocho
generales
para
la
reconstrucción
del
Cuerpo.
El
contingente
de
Carabineros
Reales
se
reforzó
con
otros
150
efectivos
para
que
pudieran
cumplir
a
cabalidad
sus
funciones
de
Policía
Militar
para
evitar
cualquier
acto
de
insubordinación
o
indisciplina.
Finalmente,
se
decidió
repatriar
a
todos
aquellos
que
se
consideraban
inútiles
en
los
combates,
especialmente
presentes
en
la
1a
y
en
la
3a
Division
de
los
“Camisas
Negras”
y
del
MVSN.
El
regreso
de
2.255
heridos,
2.685
enfermizos
y
sobre
todo
la
repatriación
por
motivos
disciplinarios,
mala
aptitud
física,
profesional
y
moral
de
3.719
hombres,
incluidos
171
oficiales,
ha
supuesto
la
reincorporación
de
1.500
soldados
de
formación
profesional
y
una
reestructuración
orgánica
de
hombres
y
vehículos
de
todo
el
contingente
de
la
CTV
25
.
Esto
demostró
que
Italia
pretendía
continuar
el
conflicto
no
como
ayuda
al
ejército
de
Franco,
sino
como
una
tercera
entidad
beligerante,
asumiendo
sus
propias
responsabilidades
de
mando
a
pesar
de
lo
prohibido
por
el
"Pacto
de
No
Intervención"
de
Londres
y
que
por
ahora
no
tenía
poder
y
significado
geopolítico.
El
nuevo
objetivo
de
Mussolini
tras
la
derrota
de
Guadalajara
hubiera
sido
vengar
a
los
muertos
en
combate,
ahora
que los italianos hubieran podido demostrar su valor en la batalla.
Operaciones de guerra en el norte de España y la toma de Santander.
Los
nuevos
arreglos
llevaron
a
Franco
a
abandonar
la
conquista
de
Madrid
y
a
idear
una
ocupación
sistemática
del
territorio
nororiental
peninsular,
lo
que
le
obligó
a
sustituir
la
ya
ineficaz
"guerra
rápida"
por
operaciones
lentas
y
metódicas
de
gran
alcance.
Los
nacionalistas
incrementaron
los
pedidos
de
intervención
de
la
moderna
aviación
alemana,
denominada
“Legión
Cóndor”,
que
logró
capitalizar
varios
éxitos
militares
sin
exponerse
a
ningún
riesgo.
Su
influencia
en
el
Estado
Mayor
español
aumentó
considerablemente,
a
costa
de
reconocer
el
esfuerzo
en
el
campo
de
batalla
de
los
italianos,
cuya
sangre
corría
cada
día
por
la
agreste
cordillera
cantábrica.
El
bombardeo
de
Guernica
por
parte
de
la
Legión
Cóndor
del
despiadado
General
Speerle
y
asistida
por
la
Aviación
Legionaria
Italiana,
fue
uno
de
los
actos
más
atroces
y
terroristas
contra
la
población
civil.
Inicialmente,
la
propaganda
republicana
exageró
el
número
de
víctimas
a
más
de
1600,
pero
más
recientemente,
una
encuesta
de
la
nueva
España
democrática
ha
establecido
que
las
muertes
reales
pueden
haber
sido
solo
unas
200,
también
gracias
al
hecho
de
que
la
plaza
del
mercado
de
la
ciudad
abarrotada
permaneció
cerrada
en
esos
días
debido
a
estar
demasiado
cerca
del
frente
de
guerra.
Esa
triste
masacre
fue
silenciada
durante
mucho
tiempo
por
las
autoridades
militares
nacionalistas
y
revelada
gracias
a
las
crónicas
de
los
valientes
periodistas
extranjeros
presentes
en
el
lugar,
entre
ellos
Ernst
Hemingway
y
George Orwell.
Los combates en los otros frentes y las rivalidades dentro de la República.
Para
agravar
la
situación
republicana,
en
mayo
de
1937
estalló
en
Barcelona
una
contrarrevolución
republicano-estalinista
(conocida
como
Las
Jornadas
de
Mayo)
que
enfrentó
a
las
fuerzas
anarquistas
asistidas
por
el
PUOM
(Partido
Unión
Obrera
Marxista)
en
cinco
días
de
enfrentamientos
y
barricadas
que
produjo
más
de
500
muertos
y
un
millar
de
heridos
después
de
que
el
Gobierno
republicano
de
Madrid
sofocara
los
enfrentamientos
enviando
unos
10.000
hombres
de
Asaltos
para
ayudar
a
las
facciones comunistas y socialistas.
Un
rumorado
accidente
aéreo,
causado
oficialmente
por
una
fuerte
tormenta,
en
el
que
el
general
Mola
Vidal
perdió
la
vida
el
3
de
junio
de
1937,
dio
a
Franco
la
oportunidad
de
realizar
operaciones
militares
con
total
autonomía.
En
los
primeros
días
del
Alzamiento,
el
20
de
julio
de
1936,
otra
figura
destacada
de
la
rebelión
nacionalista
y
verdadero
inspirador
del
golpe,
el
general
José
Sanjurjo
Sacanell,
murió
en
un
accidente
aéreo
en
Portugal
durante
el
despegue
del
avión
militar
pilotado
por
el
coronel
Juan
Antonio
Ansaldo,
quien
milagrosamente
salió
ileso.
En
ese
accidente
las
causas
se
atribuyeron
al
excesivo
peso
de
despegue
por
las
pesadas
maletas
del
general
que
obstinadamente
quería
llevar
consigo
todos
sus
voluminosos
uniformes.
Aunque
el
piloto
le
aconsejó
que
dejara
las
maletas
en
tierra,
parece
que
el
general
Sanjurjo
respondió
secamente
diciendo
que
"
como
futuro Caudillo de España, era imprescindible llevar ropa adecuada
".
Tras
unas
semanas
de
muy
violentos
combates
y
bombardeos,
el
18
de
junio
de
1937
los
nacionalistas
consiguieron
conquistar
Bilbao,
mientras
que
las
tropas
reorganizadas
de
la
CTV
pudieron
demostrar
su
audacia
y
valor
al
Duce
con
la
batalla
de
Puerto
Escudo,
antesala
de
la
rendición
de
Santander
por
las
fuerzas
republicanas.
A
finales
de
octubre
de
1937,
las
tropas
franquistas
completaron
la
conquista
de
la
región
de
Asturias,
mientras
que
a
principios
de
diciembre
las
tropas
republicanas
obtuvieron
una
victoria
para
la
reconquista
de
la
ciudad
de
Teruel,
reconquistada
después
de
sólo
dos
meses
por el ejército nacionalista de Franco.
La rendición de Barcelona y el final de la Guerra Civil con la caída de Madrid.
ILos
combates
se
dirigieron
hacia
la
última
zona
bañada
por
el
Mediterráneo,
para
forzar
la
capitulación
de
Barcelona
mientras
tanto
golpeada
por
la
artillería
de
la
Marina
Real
Italiana
y
por
los
incesantes
bombardeos
aéreos
italianos
y
alemanes.
En
abril
de
1938
las
tropas
franquistas
llegaron
por
primera
vez
a
la
costa
catalana
a
la
altura
de
Vinaroz.
En
octubre
de
1938,
ante
la
insistencia
de
las
comunidades
internacionales,
pero
también
porque
ya
el
ejército
de
Franco
había
logrado
su
propia
autonomía
en
el
vasto
territorio
ibérico
conquistado,
Italia
decidió
repatriar
a
más
de
10.000
hombres
de
la
CTV
que
habían
estado
luchando
durante
22
meses
en
un
país
extranjero,
lejos
de
sus
familias.
Después
del
23
de
diciembre
de
1938,
Franco
reorganizó
sus
contingentes
e
inició
un
ataque
coordinado
desde
el
frente
sur
para
apoderarse
de
toda
Cataluña.
Las
fuerzas
republicanas,
abandonadas
por
todos
los
voluntarios
soviéticos
y
por
las
brigadas
internacionales,
resistieron
enérgicamente
durante
más
de
4
semanas
y
al
final
de
violentos
combates,
las
tropas
franquistas
asistidas
por
contingentes
italianos
entraron
en
la
capital
catalana.
Más
de
450.000
de
soldados
republicanos
huyeron
a
Francia
que
se
vio
obligada
a
internarlos
en
vastos
campos
de
concentración.
A
finales
de
febrero
de
1939,
Francia
y
Gran
Bretaña,
en
el
juego
de
la
diplomacia
internacional,
optaron
por
reconocer
oficialmente
al
gobierno
del
general
Franco.
Mientras
tanto,
Madrid
seguía
en
manos
de
los
republicanos
que
decidieron
resistir
a
pesar
de
las
condiciones
claramente
desfavorables
con
el
único
fin
de
lograr
una
"paz
honorable".
Sin
embargo,
esta
rendición
no
fue
compartida
por
todo
el
Consejo
de
Defensa
Nacional
en
Madrid,
dando
lugar
a
una
inútil
y
sangrienta
disputa
entre
miembros
de
una
misma
facción
que
también
derivó
en
la
aceptación
de
una
rendición
incondicional
impuesta
el
31
de
marzo
de
1939
por
el
inamovible
Franco
26
.
El
destino
jugó
un
papel
fundamental
para
Franco
que,
sin
embargo,
fue
muy
hábil
para
aprovechar
las
ventajas
que
se
le
ofrecían
en
el
campo:
en
un
principio
el
"levantamiento"
de
los
generales
franquistas
debería
haber
quedado
enterrado
en
la
arena
entre
las
dunas
de
Marruecos,
dado
que
la
Armada
Real
Española
no
se
prestó
para
transportar
a
los
insurgentes
a
las
costas
del
sur
ibérico,
pero
la
ayuda
ofrecida
de
inmediato
por
la
Alemania
nazi
y
la
Italia
de
Mussolini
ofreció
la
solución
decisiva
al
improvisado
plan
golpista.
Otro
grave
error
de
los
republicanos
fue
el
de
no
armar
de
inmediato
a
la
gente
de
las
ciudades
para
contrarrestar
la
toma
del
poder
por
los
cuarteles
militares:
en
las
ciudades
donde
los
obreros
y
anarquistas
se
enfrentaron
de
inmediato
a
las
guarniciones
de
soldados
insurgentes,
éstos
se
rindieron
sin
oponer
mucha
resistencia
y
dejando
el
terreno
bajo
control
republicano.
Por
lo
mismo,
en
las
capitales
donde
se
creía
que
los
militares
no
continuaban
con
su
propósito,
llevaron
a
cabo
una
dura
represión
contra
las
autoridades
de
la
ciudad.
Finalmente,
en
los
momentos
más
cruciales
del
conflicto,
los
problemas
surgidos
en
Barcelona
y
Madrid
dieron
lugar
a
una
guerra
civil
dentro
de
la
guerra
civil,
con
anarquistas
contra
comunistas,
generando
una
profunda
confusión
y
pérdida
de
vidas
humanas,
en
beneficio
del
Generalísimo.
.
No
es
menor
el
hecho
de
que
sus
más
fuertes
rivales
político-militares
perecieran
en
dos
accidentes
aéreos
distintos, dejando así a Franco el camino del éxito libre de cualquier obstáculo.
Todos
los
honores
y
privilegios
fueron
para
el
Generalísimo
Franco,
Caudillo
de
la
Nueva
España,
quien
supo
aprovechar
la
ayuda
enviada
por
Italia
en
el
momento
de
su
mayor
dificultad.
Franco
también
supo
prometer
y
no
cumplir.
Durante
la
Segunda
Guerra
Mundial
se
declaró
"país
no
beligerante"
sin
adherirse
al
eje
nazi-
fascista,
argumentando
que
su
ejército,
tras
la
desastrosa
guerra
civil,
necesitaba
tiempo
para
reorganizarse
por
completo.
En
1941
sólo
retribuyó
"simbólicamente"
a
Hitler,
enviando
unos
47.000
voluntarios
(División
Azúl)
al
frente
ruso
de
los
que
más
de
5.000
soldados
nunca
regresaron
a
España,
frente
a
los escasos 300 soldados alemanes que cayeron durante los tres años de guerra civil.
Al
final
de
la
guerra
civil
española,
la
Italia
fascista
nos
dejó
algunas
cifras
para
reflexionar:
más
de
3.400
cadáveres
de
soldados
italianos
muertos
en
tierras
extranjeras,
cientos
de
viudas
y
madres
sin
hijos,
8.500
millones
de
liras,
dos
millones
de
bombas
por
mano,
105.000
fusiles
para
uso
de
78.800
soldados,
4.000
vehículos,
11.500
toneladas
de
explosivos
arrojados
en
5.328
ataques
aéreos
27
.
Las
cifras
relativas
a
la
participación
italiana
en
la
licitación
republicana
son
escasas
e
imprecisas,
debido
a
la
censura
del
franquismo
y
al
temor
a
declarar
las
identidades
de
los
caídos
para
evitar
repercusiones
en
sus
familias.
Sin
embargo,
se
estima
que
alrededor
de
550
italianos
murieron
ayudando
a
la
Segunda
República
Española,
la
mayoría
de
ellos
enterrados
de
forma
anónima
en
cementerios
locales
o
nunca
encontrados
o
identificados
en
fosas
comunes.
Todo
esto
para
demostrar
una
vez
más
el
altísimo e inútil precio que tuvo que pagar Italia por el orgullo y la vanidad del fascismo de Mussolini.
También
hay
que
observar
que
Franco,
gracias
al
apoyo
de
Hitler,
sin
la
intervención
de
Italia,
habría
podido culminar su golpe de Estado y concluir victoriosamente la guerra civil.
Además
de
las
160.000
víctimas
totales
del
conflicto
civil,
también
hay
que
considerar
los
aproximadamente
110.000
muertos
a
causa
de
la
dura
e
indiscriminada
represión,
ejercida
mayoritariamente
por
los
franquistas,
pero
también
por
los
republicanos.
Unas
450.000
personas
tuvieron
que
exiliarse
en
el
extranjero
para
escapar
de
la
despiadada
dictadura
de
Franco,
que
duró
casi 40 años, la más larga de la historia europea moderna.
El Mausoleo Italiano de Puerto Escudo y el Memorial de Guerra Italiano de Zaragoza.
El
régimen
franquista
y
el
gobierno
fascista
de
Mussolini
utilizaron
la
monumentalidad
de
los
cementerios
de
guerra
como
medio
propagandístico
de
coacción
ideológica,
exaltando
el
culto
a
los
mártires
de
la
patria
y
la
capacidad
de
repetir
su
gesto
extremo y las causas que produjeron estos hechos.
Cerca
de
Puerto
Escudo,
en
la
región
montañosa
de
Cantabria
a
unos
50
km
al
sur
de
Santander,
se
erigió
un
mausoleo
en
forma
de
pirámide
en
el
que
debían
descansar
los
cuerpos
de
372
soldados
italianos
caídos
en
el
llamado
Frente
Norte.
De
los
enterrados,
268
fueron
repatriados,
mientras
que
los
104
restantes
fueron
trasladados
en
1975
a
la
Torre
del
Osario
de
Zaragoza28.
Este
último
edificio
forma
parte
de
un
conjunto
arquitectónico
utilizado
como
Monumento
Militar
y
compuesto
por
una
iglesia
capuchina
dedicada
a
Sant'Antonio
da
Padova
y
una
torre
de
42
metros
(el
proyecto
original
preveía
una
altura
de
72
metros,
reducidos
a
falta
de
fondos
)
en
el
que
se
guardan
los
restos
de
todos
los
caídos
en
la
Guerra
de
España,
incluidos
también
22
italianos
de
las
Brigadas
Internacionales.
Iniciado
en
mayo
de
1942,
el
Santuario
fue
abierto
al
público
en
junio
de
1945
en
la
época
posfascista
y
gestionado
por
el
Ministerio
de
Defensa
italiano,
encomendando
la
tarea
de
búsqueda
y
conservación
de
los
cuerpos
al
prior,
Padre
Bergamini,
capellán
militar del momento de la intervención militar italiana en territorio español.
29
Articulo del Alfz. Pil. Carabinieri cpl (r) Giuseppe Coviello
Presidente de la Sección en el Extranjero de UNUCI en España
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18 Periodico ABC Sevilla – 26.02.1937 pag 9
19 Console a Siviglia, Conti, al Ministro degli Esteri, Ciano – Rapporto Segreto 854/46. Siviglia, 9 marzo 1937
20 Dimas Vaquero Pelaéz, Credere, obbedire, combattere, Mira Editores, Zaragoza, 2007, pag 131
21 Dimas Vaquero Pelaéz, Credere, obbedire, combattere, Mira Editores, Zaragoza, 2007, pag 120-122
22 Dimas Vaquero Pelaéz, Credere, obbedire, combattere, Mira Editores, Zaragoza, 2007, pag 1166-167
23 Javier Rodrigo, La Guerra fascista, Alianza Editorial, Madrid, 2016, pag.131
24 Dimas Vaquero Pelaéz, Credere, obbedire, combattere, Mira Editores, Zaragoza, 2007, pag 143
25 Javier Rodrigo, La Guerra fascista, Alianza Editorial, Madrid, 2016, pag.143-145
26 Augusto Cantarelli, I nostri nella Guerra Civile di Spagna, Editoria Privata Sassoferrato (AN), 2011, pag 110-111
27 Javier Rodrigo, La Guerra fascista, Alianza Editorial, Madrid, 2016, pag.334
28 Dima Vaquero Pelaéz, Credere, obbedire, combattere, Mira Editores, Zaragoza, 2007, pag 247
29 Dima Vaquero Pelaéz, Credere, obbedire, combattere, Mira Editores, Zaragoza, 2007, pag 262-270