Capitan General de Canarias D. Andrea
Bonito-Pignatelli, Duca d’Isola y
Marchese de Bonito
Capitan General de Canarias dal 1741 al 1744
Sección en el Extranjero UNUCI de ESPAÑA
C/le Sta. Bárbara nr. 1/3- 38683 Los Gigantes ( S/C de Tenerife ) ESPAÑA
Tel. +34 6423 83010 - Email info@unuci.es - NIF G10574366
Duque
Andrea
Bonito
Pignatelli:
el
virtuoso
e
impetuoso
Capitán
General
de
Canarias
llegado
en
1741
procedente
del Reino de Nápoles y apodado "hijo del Vesubio".
No
son
pocas
las
personalidades
italianas
de
cierta
importancia
que
de
alguna
manera
están
unidas
por
un
hilo
conductor
a
la
historia
y
desarrollo
del
archipiélago
canario,
entre
ellas
Lanzarotto
Maloncello
que
fue
el
primero
en
colonizar
Canarias
(de
él
deriva
el
nombre
de
la
isla
de
Lanzarote),
Cristóbal
Colón
por
sus
épicos
viajes
a
las
Indias,
sin
olvidar
a
Leonardo
Torriani
por
las
prodigiosas
obras
de
ingeniería
militar
ordenadas
por
el
emperador
Felipe
II.
La
soberanía
y
el
poder
del
Reino
de
España
se
expresó
sobre
estas
tierras
recién
conquistadas
a
través
del
establecimiento
de
los
diversos
Adelantados,
Cabildos,
Regidores
y
Jueces
de
Audencia.
Las
continuas
incursiones
de
corsarios
y
piratas
ingleses,
franceses
y
holandeses
obligaron
a
los
habitantes
de
las
islas
a
concentrar
los
principales
poderes
militares
y
administrativos
en
manos
de
una
sola
persona,
el
Capitán
General
designado
directamente
por
la
corona
española.
En
1589
el
General
Luis
De
La
Cueva
Y
Benavides
fue
el
primero
designado
para
ocupar
este
supremo
cargo
al
establecer
el
palacio
de
la
Capitanía
General
en
la
ciudad
de
Las
Palmas,
en
la
isla
de
Gran
Canaria,
donde
permaneció
durante
más
de
medio
siglo.
En
1656,
sin
haber
recibido
licencia
real
para
cambiar
de
cuartel
general,
el
Capitán
General
Alonso
Dávila
decidió
trasladarse
a
Tenerife.
En
1661
será
Jerónimo
De
Benavente
el
primer
Capitán
General
en
recibir
realmente
el
permiso
oficial
para
instalarse
"en
la
isla
que
estime
más
conveniente",
instalándose
en
el
edificio
conocido
como
Casa
de
Los
Capitanes
en
San
Cristóbal
de
La
Laguna.
En
1723
Lorenzo
Fernández
de
Villavicencio,
marqués
de
Vallehermoso,
quiso
trasladar
su
residencia
y
mando
militar
a
Santa
Cruz
de
Tenerife,
donde
hasta
hoy
permanecería
la
sede
de
la
Capitanía
General
de
Canarias.
En
este
período
la
autoridad
de
los
Capitanes
Generales,
normalmente
elegidos
entre
la
nobleza
local,
asumió
un
papel
absoluto
y
despótico
debido
a
la
falta
de
división
de
los
poderes
administrativos
y
ejecutivos
que
quedaban
en
manos
de
un
solo
hombre
que,
por
tanto,
podía
influir
directamente
en
la
vida
cotidiana
de
los
habitantes
a
través
de
impuestos
y
gravámenes
sobre
los
bienes
producidos
y
transportados
o
mediante
la
expedición
de
permisos
para
obras
de
utilidad
pública.
Esta
situación
obviamente
generó
cierto
descontento
entre
la
población
que
envió
sus
quejas
a
la
corte
real
que
decidió
enviar
un
nuevo
Capitán
General
en
1741,
esta
vez
procedente
de
los
dominios italianos del Reino de Nápoles.
Gracias
a
la
presencia
de
ilustres
personalidades
de
su
familia
en
la
corona
española,
Andrea
Bonito-Pignatelli,
duque
de
Isola
(Aversa/Caserta)
y
marqués
de
Bonito
(Irpinia/Avellino),
como
Mariscal
de
Campo
del
ejército
real
español
fue
designado
por
el
emperador
Carlos
III
Capitán
General
de
Canarias
con
la
ambiciosa
tarea
de
liberar
al
archipiélago
de
las
incursiones
de
los
corsarios
y
restablecer
la
autoridad
de
las
instituciones
públicas
gestionadas
con
demasiada
d
e
s
p
r
e
o
c
u
p
a
c
i
ó
n
por
las
familias
notables
que
se
asentaron
en
los
t
e
r
r
i
t
o
r
i
o
s
conquistados.
En
los
cuatro
años
de
su
mandato
don
Andrea
B
o
n
i
t
o
-
P
i
g
n
a
t
e
l
l
i
se
destacó
no
sólo
por
su
vasta
competencia
y
p
r
o
f
e
s
i
o
n
a
l
i
s
m
o
en
el
campo
militar
y
administrativo,
sino
más
aún
por
su
carácter
resolutivo
e
impetuoso
con
el
que
no
dejó
alternativa
a
sus
decisiones.
En
1788
el
ilustre
canónigo
José
Viera
y
Clavijo
en
su
mayor
obra
literaria
"
Noticias
de
la
historia
general
de
las
Islas
de
Canaria
",
dedicó
cuatro
capítulos
enteros
en
los
que
relataba
las
peripecias
de
este
Capitán
General
venido
de
un
pequeño
pueblo
del
Reinado
de
Nápoles
llamado
Bonito,
de
donde
su
familia
tomó
proprio
apellido.
Su
acción
de
mando
fue
elogiada
por
haber
organizado
las
milicias
locales
y
establecido
una
disciplina
militar
tal
como
para
poder
garantizar
el
control
total
sobre
las
aguas
e
islas
del
archipiélago
infestado
por
continuas
incursiones
de
corsarios
y
piratas.
Transfirió
la
Real
Aduana
al
puerto
de
Santa
Cruz
de
Tenerife,
visitó
personalmente
todas
las
islas
resolviendo
las
viejas
disputas
surgidas
entre
los
distintos
Regidores
locales
y
la
administración
central.
En
1743
escaló
el
Teide
hasta
el
cráter
superior
del
volcán,
algo
nunca
"atrevido"
por
sus
predecesores.
Ayudó
a
la
población
a
superar
las
dificultades
surgidas
a
causa
de
las
graves
epidemias
de
neumonía
y
la
escasez
de
alimentos
y
medicinas
provocada
por
la
guerra
en
curso
con
la
corona
británica,
también
conocida
como
la
"
guerra
de
la
oreja
de
Jenkins
".
La
especial
devoción
a
la
Madonna
della
Candelaria
le
impulsó
a
construir
un
muro
protector
del
Santuario
y
una
imponente
empalizada
de
madera
marina
con
grandes
portales
que
transformaron
la
Catedral
en
una
eficaz
fortaleza.
Desgraciadamente
en
1789
una
violenta
tormenta
destruyó
gran
parte
de
la
fortificación,
pero
aún
hoy
se
puede
ver
una
inscripción
en
piedra
como
testimonio
de la primera transformación.
El
personaje
del
duque
Andrea
Bonito
Pignatelli
fue
calificado
de
"
violento
e
impetuoso
propio
de
un
cacique
que
trata
a
las
ciudades,
a
la
nobleza
y
a
la
gente
de
circunstancias
más
relevantes
con
la
misma
incivilidad
y
desconfianza
"
por
lo
que
se
ganó
el
sobrenombre
de
"
hijo
del
Vesubio
”
ingeniosamente
acuñado
por
Viera
y
Clavijo.
La
prudente
distancia
mostrada
en
las
relaciones
con
los
responsables
de
la
Justicia
y
de
las
administraciones
locales
provocó
numerosas
denuncias
dirigidas
al
juzgado
y
firmadas
por
representantes
de
las
familias
más
importantes
de
Tenerife
que
denunciaban
cómo
don
Andrea
Bonito
había
vulnerado
reiteradamente
sus
fueros
y
derechos.
Don
Alonso
Fonseca,
conocido
Regidor
de
La
Laguna
y
gran
adversario
del
anterior
Capitán
General
Marqués
de
Valhermoso,
se
convirtió
en
excelente
víctima
de
la
intransigencia
de
Don
Andrea
Bonito:
Fonseca
como
alcalde
de
La
Laguna
se
le
presentó
para
tratar
varios
temas
y
durante
unos
disputas
afirmó
abiertamente
que
el
Capitán
General
violó
los
privilegios
de
la
Municipalidad.
Bonito
Pignatelli
al
oír
la
palabra
"vulnerar",
tomándola
como
pretexto
para
su
ira,
se
descargó
tan
animadamente
contra
Fonseca,
célebre
por
decenales
y
repetidos
enfrentamientos
contra
el
anterior
y
déspota
general
Vallehermoso,
tanto
que
se
retiró
de
la
audiencia
sin
aliento
y
murió
esa
misma
noche.
El
general
Bonito,
al
enterarse
de
su
muerte,
exclamó:
"
Ahora
Vallehermoso está vengado
".
Como
todos
los
poderosos
de
la
época,
ni
siquiera
Don
Andrea
Bonito
desdeñaba
las
dádivas
a
cambio
de
favores
que
luego
dejaba
en
manos
de
su
esposa
Doña
Francisca
Ignacia
de
la
Vega,
quien
incluso
prometía
y
aseguraba
las
investiduras
locaesl
de
Coronel
de
las
Milicias.
A
pesar
de
su
extrañeza,
trató
de
influir
en
los
intereses
del
floreciente
comercio
con
las
Indias,
pero
don
Domingo
Miguel
de
la
Guerra,
juez
de
la
Real
Audiencia,
se
lo
impidió
no
sin
dificultad.
En
junio
de
1744,
en
su
quinto
año
de
mando,
Don
Andrea
Bonito
Pignatelli
fue
ascendido
a
Inspector
General
de
las
Tropas
Reales
del
Reino
de
Nápoles
donde
se
trasladó
con
su
esposa
Dña.
Francisca
Ignacio
de
la
Vega.
En
1757,
a
la
muerte
del
marqués,
al
no
haber
herederos
naturales,
el
antiguo
feudo
de
Bonito
pasó
al
recaudador
de
Hacienda
que
lo
reasignó
a
los
Garofalos,
otra
familia
noble
napolitana,
también
extinguida
en
1811.
Posteriormente,
el
gobierno
de
los
napoleonidas
marcaron
la
abolición
del
feudalismo
determinando
el
traspaso
de
las
tierras
a
manos
de
nuevos
propietarios.
Hoy
el
Torrejon
del
edificio
señorial
de
la
familia
Bonito-
Pignatelli
ha
sido
adquirido
por
el
Ayuntamiento
de
Bonito
que
pretende
restaurarlo
para
un
utilizo
futuro
a
favor
de
sus
conciudadanos.
El
retrato
redescubierto
y
la
afortunada
relación
entre
el
Ayuntamiento
de
Bonito
(Italia)
y
el
Santuario
Mariano
de la Candelaria de Tenerife.
Bonito,
un
pequeño
pueblo
en
la
provincia
de
Avellino
de
aprox.
2500
habitantes,
y
Candelaria
en
Tenerife,
han
permanecido
"hermanos"
durante
siglos,
quizás
sin
saberlo,
gracias
a
un
retrato
mariano
del
conocido
pintor
canario
José
Rodríguez
de
La
Oliva
(1695
-
1777),
obra
celosamente
guardada
y
exhibida
con
gran
devoción
en
la
iglesia
matriz
del
pueblo
de
Irpinia.
Como
se
describe
en
la
investigación
histórica
realizada
por
Don
Carlo
Graziano,
un
erudito
sacerdote
de
Bonito
que
luego
se
mudó
a
la
diócesis
de
Nueva
York
en
1970,
El
retrato
fue
entregado
en
1742
por
el
señor
feudal
del
lugar,
Don
Andrea
Bonito
Pignatelli
Duque
de
Isola
y
Marqués
de
Bonito,
nombrado
por
el
emperador
Carlos
III
en
1741
Capitán
General
de
Canarias,
o
máxima
autoridad
militar
y
administrativa
del
archipiélago
canario.
El
cuadro
de
la
iglesia
de
Bonito
retrata
fielmente,
casi
como
una
fotografía,
la
imagen
de
madera
de
la
Virgen
de
la
Candelaria,
patrona
de
Canarias,
que
se
perdió
irremediablemente
en
1826
a
causa
de
una
terrible
inundación
que
azotó
Tenerife.
De
hecho,
la
estatua
actual
fue
reproducida
al
año
siguiente
sin
el
apoyo
de
una
copia
o
dibujo
fiel
al
original.
De
hecho,
la
imagen
que
se
conserva
en
Bonito
fue
pintada
en
1742,
cuando
la
estatua
aún
estaba
intacta.
Esta
peculiaridad
nos
ofrece
un
motivo
más
para
considerar
única
y
de
gran
valor
la
pintura
de
la
"
Virgen
de
la
Candelaria
"
de
Bonito,
consolidando,
con
razón,
los
antiguos
lazos histórico-religiosos entre ambas localidades.
El
artista
José
Rodríguez
de
La
Oliva,
conocido
como
"
El
Moño
"
es
considerado
uno
de
los
pintores
y
escultores
españoles
más
representativos
de
la
época
barroca
en
Canarias.
Su
fama
le
vino
por
haber
retratado
al
Emperador
Carlos
III,
así
como
a
Amaro
Rodríguez-Felipe
y
Tejera
Machado,
el
corsario
de
la
isla
conocido
popularmente
como
Amaro
Pargo
,
y
a
Sor
María
de
Jesús
(llamada
"
la
Siervita
"),
esta
última
imagen
tomada
durante
la
milagrosa
exhumación
ordenada
por
el
mismisimo
corsario
Amaro
Pargo
y
que
tuvo
lugar
tres
años
después
de
la
muerte
de
la
monja
cuyo
cuerpo
fue
encontrado
intacto
e
incorrupto
por
el tiempo.
La
búsqueda
de
correlaciones
entre
la
pintura
religiosa
conservada
en
la
parroquia
de
Bonito
y
la
presencia
del
noble
Bonito-Pignatelli
al
mando
de
la
Capitanía
General
de
Canarias
ha
permitido
un
descubrimiento
inesperado
sobre
el
legado
del
pintor
Rodríguez
de
La
Oliva,
en
aquella
época
muy
en
demanda
por
parte
de
los
exponentes
de
las
familias
notables.
En
la
práctica,
dos
retratos
de
Capitanes
Generales
realizados
en
el
mismo
periodo
por
"El
Moño"
parecen
haber
sido
traspasados
por
derechos
de
herencia
de
la
familia
Ossuna
y
van
der
Heede
a
la
colección
particular
de
Don
Emilio
Gutiérrez
de
Salamanca
Salazar
de
Frías,
alcalde
de
La
Laguna
en
los
tristes
años
de
la
Guerra
Civil
Española.
De
una
citación
del
profesor
Mateo
Alonso
del
Castillo
y
Pérez
(1847-1931)
parece
que
las
mismas
pinturas
que
retrataron
a
los
“
Excmi.
Marqués
de
Valhermoso
y
Don
Andrés
Bonito
Pignatelli,
Comendadores
Generales
de
estas
Islas
“en
1892
se
expusieron
en
la
exposición
de
antigüedades
celebrada
en
la
sala
capitular
de
la
Catedral
de
Santa
Cruz
de
Tenerife.
Averiguada
la
existencia
de
un
retrato
de
don
Andrea
Bonito
Pignatelli,
sólo
restaba
comprobar
si
el
cuadro
en
cuestión,
del
que
se
perdieron
rastros
durante
un
siglo
y
medio,
se
había
extraviado
o
cedido
a
otros
compradores.
Casualmente,
en
otoño
de
2018,
la
Concejalía
de
Patrimonio
Histórico
del
Ayuntamiento
de
La
Laguna
y
la
Consejería
de
Turismo,
Cultura
y
Deportes
organizaron
una
exposición
titulada:
“
Vecinos
de
la
ciudad.
Retratos
en
San
Cristóbal
de
La
Laguna
(siglos
XVI-XIX)
”
y
uno
de
los
dos
cuadros
de
Rodríguez
de
La
Oliva,
aquel
del
Capitán
General
y
Marqués
de
Vallehermoso,
aparecieron
en
el
catálogo
online.
Finalmente
tuvimos
un
rastro
confiable
desde
el
cual
continuar
la
búsqueda
del
segundo
retrato
desaparecido,
que
probablemente
podría
ser
adquirido
junto
con
el
primero.
Así,
la
Sección
de
UNUCI
España
pudo
ponerse
en
contacto
con
el
organizador
de
la
exposición
de
La
Laguna
y
se
siguieron
las
indicaciones
que
fueron
facilitadas
paulatinamente
por
los
distintos
organismos
interesados.
En
el
febrero
de
2022
se
recibió
la
confirmación
oficial
por
parte
del
Conservatorio
del
Museo
de
Historia
y
Antropología
(
Casa
Lercaro)
de
La
Laguna
que
de
sus
inventarios
resultaba
un
cuadro
“
Andrés
Bonito
Pignatelli.
Duque
de
Bonito,
Comandante
General
de
Canarias
-
Pintado
en
1741
por
José
Rodríguez
de
la
Oliva
”
apartado
en
sus
depósitos.
De
hecho,
de
su
archivo
surgía
que
el
MHA
compró
el
cuadro
en
el
2005
a
Ana
Gutiérrez
de
Salamanca
Ossuna,
hija
del
ya
mencionado
Emilio
Gutiérrez
de
Salamanca
Salazar
de
Frías,
quien
coleccionó
numerosas
obras
de
arte
y
manuscritos
de
una
vasta
y
rica
colección
privada
heredada
por
su
esposa
Guillermina Ossuna Ascanio.
Luego
de
haber
solicitado
y
obtenido
los
permisos
necesarios,
la
Dirección
del
Museo
de
Historia
y
Antropología
autorizó
la
recuperación
de
los
depósitos
del
museo
y
la
exposición
temporal
del
cuadro
en
cuestión
que,
con
orgullo
y
satisfacción,
fue
presentado
oficialmente
el
19
de
abril
de
2022
al
presidente
de
la
Sección
española
de
UNUCI
(Unión
Nacional
de
Oficiales
Retirados
de
Italia)
Alfz.
Carabinieri.
(ris)
Giuseppe
Coviello,
impulsor
de
la
investigación
histórica.
La
pequeña
delegación
de
la
UNUCI,
recibida
por
la
Subdirectora
Dra.
Carmen
Dolores
Chinea
Brito
y
el
Curador
del
Museo
Dr.
Jesús
Roberto
Duque
Arimany,
realizó
"in
situ"
un
informe
fotográfico
de
la
pintura
antes
de
ser
devuelta
al
Depósito
del
Museo
para
su
debida
protección
y
conservación,
sin
las
cuales
no
hubiera
sido
posible
admirar
hoy
esta
obra
de
arte
del
siglo
XVIII
y
testimonio
del
estrecho
vínculo
histórico
y
social
entre
Italia y el Reino de España.
El
cuadro,
que
mide
60x90
cm,
se
presenta
en
buen
estado
y
se
encuentra
enmarcado
en
el
marco
dorado
original.
El
retrato
del
Capitán
General
Don
Andrea
Bonito
Pignatelli
es
muy
detallado
y
muestra
la
cabeza
bien
modelada
y
el
rostro
de
tez
oscura.
La
chaqueta
presenta
hermosos
tonos
rojos
mientras
que
los
blancos
se
vuelven
azules
debido
al
envejecimiento
de
los
colores.
Don
Andrea
sostiene
el
bastón
de
mando
con
la
mano
izquierda
y
su
rostro
tiene
una
expresión
bonachona
y
a
pesar
de
esta
impresión
podemos
leer
en
la
cartela
de
la
parte
superior
izquierda:
“(trad.)
Don
Bonito
Pignateli
de
la
Casa
de
los
Duques
de
Ysola,
Mariscal
de
Campo
de
los
Ejércitos
Reales
y
Comandante
General
de
estas
Yslas.
Llegó
al
Puerto
de
Santa
Cruz
el
17
de
febrero
de
1741.
Mostró
dotes
militares.
En
su
época
estas
Milicias
comenzaron
a
utilizar
uniformes.
Visitó
las
Yslas;
Subió
al
TeYde:
Fue
violento,
impetuoso
y
libre.
Mató
con
palabras
a
Don
Alonso
de
Fonseca
.
Pretendió
mezclarse
en
el
Tribunal
de
Yndias,
y
le
resistió
Don
Domingo
de
la
Guerra.
En
junio
de
1744
llegó
a
Sucederle
Don
Josef
Masones
de
Lima.
Volvió
a
Nápoles
su
Patria
donde
fue
duque
de
Bonito.
Retrato
de
D.
Josef Rodríguez de la Oliba
”.
Rodríguez
de
La
Oliva
poseía
un
sentido
de
la
realidad
muy
fuerte
que
plasmaba
con
extrema
precisión.
El
historiador
Lope
Antonio
de
la
Guerra
(1738-1824)
cuenta
que
Dña.
Francisca
de
la
Vega,
esposa
del
General
Bonito
Pignatelli,
fue
retratada
por
Rodríguez
de
La
Oliva,
pero
la
dama
no
quedó
satisfecha
con
el
cuadro
ya
que
el
artista
no
embelleció
el
rostro
de
la
dama,
al
contrario
la
retrató
fielmente
del
original
que,
debido
a
la
verdad,
ella
no
debería
haber
sido
una
beneficiaria
de
la
belleza
que
la
naturaleza
podía
ofrecer.
La
dama,
viéndose
pintada
sin
encanto
femenino,
dijo
con
cierta
indignación:
"
Don
José
Rodríguez
de
la
Oliva
no
tiene
rivales
para
retratar
hombres,
pero
no
tiene
gracia
para
pintar
mujeres
"...
Dña.
Francisca
de
la
Vega
y
ese
cuadro
se
perdió
irremisiblemente,
si
no
destruido
por
las
mismas
manos
de
la
dama
tan
fielmente
reproducida en el lienzo!
Por
sus
valiosas
colaboraciones,
se
agradece
al
Museo
Historia
y
Antropología
de
La
Laguna,
al
Museo
Histórico
Militar
de
Canarias
de
S/C
de
Tenerife,
a
la
Capitanía
General
de
Canarias
de
S/C
de
Tenerife,
a
la
Curia
Episcopal-
Ufficio
Beni
Ecclesiastici
de
Ariano
Irpino
(Avellino
-
Italia)
y
a
Don
Aldo
de
la
Parroquia
de Bonito (Avellino - Italia).
Uso de las fotografías del retrato de D. Andrea Bonito
Pignatelli amablemente autorizado por el MHA CASA
LERCARO- ORGANISMO AUTÓNOMO DE MUSEOS Y CENTROS
DEL EXCMO. CABILDO DE TENERIFE – que mantiene
reservados todos los derechos de imagen.
Articulo del Alfz. Pil. Carabinieri cpl (r) Giuseppe Coviello
Presidente de la Sección en el Extranjero de UNUCI en España